El conductor sin permiso que mató a un ciclista no entrará en prisión.

Tras conocer la sentencia de un año de cárcel, periodo en el cual no entrará en prisión, la madre del fallecido recurrirá la sentencia como acusación particular por considerarla “injusta".

REDACCIÓM MOUNTAINBIKE.ES

El conductor sin permiso que mató a un ciclista no entrará en prisión.
El conductor sin permiso que mató a un ciclista no entrará en prisión.

En el verano del 2013 conocimos la trágica noticia que publicaba la redacción de El País: “Un usuario habitual de la bici”. Óscar Fernández, un vecino de 37 años del madrileño barrio de Tetuán, se dirigía en su bicicleta como cada día al bar donde trabajaba. Sobre las 6:30 de la mañana un vehículo le arrolló arrastrándolo durante 9,55 metros, lo que le provocó la muerte casi instantánea debido a múltiples traumatismos. El conductor del vehículo, Mauricio Eduardo Apolo Granda, un joven al que en 2012 un juez le había retirado el permiso de conducir por delitos contra la seguridad vial, fue detenido esa misma mañana tras darse a la fuga.

Ahora el juez condena a Apolo, de 28 años,  a un año de cárcel tras llegar a un acuerdo previo con el abogado defensor, por lo que no ingresará en prisión. La acusación particular, ejercida por la madre del fallecido, ha recurrido la sentencia al considerarla “injusta”.

El fallo, según informaba recientemente El País, detalla los hechos ocurridos el 7 de agosto del 2013. Mauricio Eduardo Apolo se dirigía al trabajo, una obra cercana del lugar de los hechos, tras haber estado toda la noche de fiesta, “a pesar del estado de somnolencia y cansancio que le embargaba y con desatención a las incidencias y de la vía”. A la altura de la madrileña calle Sinesio Delgado se encontró con Óscar Fernández, el cual circulaba ceñido al borde derecho de la acera. “Lo arrastró durante 9,55 metros, ocasionándole traumatismo craneoencefálico severo con fractura de la base del cráneo y hemorragia subaracnoidea traumática, que provocaron su fallecimiento prácticamente instantáneo”.

Tras lo ocurrido Apolo no detuvo el vehículo, dándose a la fuga. La policía que investigó el accidente no determinó señales de frenazo, tan solo daños en el asfalto provocados por el impacto, el cual dejó la bicicleta completamente destrozada y a 15 metros del cuerpo de Óscar Fernández.

El testimonio de una vecina fue decisivo en la detención de Apolo pocas horas después en una obra cercana donde éste trabajaba. La mujer vio como el joven aparcaba el Ford Focus que conducía con claros signos de haber sufrido un accidente. En su detención los agentes se percataron de que no poseía permiso de conducir. Apolo había perdido la totalidad de sus puntos en 2012 por conducción bajo los efectos del alcohol y conducción temeraria y negligente. Además en febrero del 2013 un juez le impuso una privación del permiso hasta 2017 por conducir un coche pese a carecer de permiso.

La sentencia supone una rebaja de un tercio sobre lo que pedía la fiscalía, el motivo alegado es el reconocimiento integro de Apolo por los hechos de los que era acusado. Asimismo, no se le ha aplicado ninguna circunstancia ni agravante ni atenuante.