BEBE MÁS AGUA
Ahora que llega el verano aumentan las necesidades de hidratación. La temperatura ambiente aumenta y como consecuencia de ello también lo hace la de nuestro cuerpo mientras estamos pedaleando. Esto aumenta las necesidades de que nuestro organismo evacúe temperatura para mantener los 37ºC que necesitamos para su normal funcionamiento. El principal mecanismo para regular esa temperatura evacuando calor hacia el exterior del cuerpo es la producción de sudor, que a su vez genera una pérdida de líquido, de fluidos. El sudor, sin embargo, no está formado únicamente por agua, sino que contiene sales minerales variadas, principalmente cloruro, sodio y magnesio.
Esta circunstancia hace que con el sudor, además de perder agua, también estemos perdiendo este tipo de sales que, precisamente, resultan críticas para algunas funciones fisiológicas y musculares en particular.
EL AGUA ¿TIENE SALES?
Evidentemente, el agua contiene sales minerales y esta concentración puede variar en función de su procedencia, pero, en cualquier caso, si la concentración es significativamente inferior a la concentración de sales que contiene el sudor y, por tanto, insuficiente por sí misma, hay que reponer la cantidad de sales minerales que perdemos sudando.
Por ese motivo, por mucha agua que eches en tu bidón, estás bajo un inminente riesgo de deshidratación cuando tu esfuerzo es muy intenso y/o se realiza bajo una alta temperatura.
En estas circunstancias se multiplica tu sudoración y, con ella, tus perdidas de sales. Todo ello asumiendo que no todos sudamos la misma cantidad para una determinada intensidad relativa de esfuerzo ni que tampoco nuestro sudor contiene siempre la misma concentración de sales. Estos factores dependerán del perfil del depotista, nivel de entrenamiento, composición corporal, estado de hidratación previo, tipo de alimentación, entre otros. Esto nos debe poner en alerta para saber que a la hora de hidratarnos y especialmente si vamos a ejercitarnos con intensidad o en ambientes calurosos, el agua no será suficiente.
¿QUÉ SALES?
Hoy en día existen infinidad de productos en el mercado que contienen sales minerales para complementar nuestra correcta hidratación. Desde pastillas de sodio, sobres o bebidas enriquecidas con hidratos de carbono pero que contienen también un añadido de sales que permiten que no sólo repongamos líquido, sino esos minerales que resultan tan importantes para diversas funciones críticas. No podemos asegurar que ninguna de las opciones sea mejor que otras, todo dependerá de las preferencias y las circunstancias de cada momento y ciclista. Los hay que prefieren echar pastillas de sales en el bidón de agua y otros que son más partidarios de adquirir bebida isotónica que ya contenga, además de hidratos de carbono, sales minerales. Las sales más comunes en la nutrición e hidratación deportiva son el sodio y el magnesio, principalmente, aunque también podemos encontrar otros como el cloruro, el potasio o el calcio.
Recordemos que entre algunas de las funciones asociadas a las sales minerales encontramos la de la conductividad eléctrica de la membrana muscular, es decir, la velocidad de conducción del impulso eléctrico que provoca la contracción muscular está condicionada por las sales minerales, con lo que un desequilibrio o déficit de estas, prodría provocar una contracción muscular errática, no coordinada e incluso involuntaria, en definitiva, lo que conocemos por calambres musculares.