ASR es la excepción en el catálogo de Yeti, la bici de doble suspensión diseñada para el XC y maratón y que desapareció de sus páginas en el año 2014, coincidiendo con la popularización del Enduro de competición, donde la marca empezó a especializarse -y ganando multitud de títulos mundiales-.

Una década después esta marca californiana de culto ha relanzado su modelo de mayor rendimiento, y lo hace dando un giro hacia unas líneas más aligeradas y minimalistas con un sistema de suspensión trasera de tirantes flexibles, aunque todo sea dicho, un diseño también más convencional y poco fresco, con similitudes inevitables con otras tantas bicis de este segmento que han seguido el mismo camino en los últimos años.
Ligera como nunca
Aunque Yeti no sea la marca en la que solemos pensar cuando se habla de pesos especialmente bajos, con la nueva ASR han pretendido retarse en la fabricación de cuadros ligeros. Y lo han conseguido con un trabajo muy exhaustivo de diseño de su cuadro, en el que se ha conseguido una cifra inferior a 1.450 gramos de peso sin amortiguador.

Sus esfuerzos se han guiado hacia eliminar todos y cada uno de los gramos que no aportan nada, como los refuerzos excesivos que rodean los puntos de giro del sistema de suspensión. Estas cifras responden a la versión más ligera de este cuadro, la Serie T-Utimate, que se ha diseñado específicamente para el uso de transmisiones inalámbricas, y por ello carece de orificios para los cables de transmisión, como en la pipa de dirección o en la vaina derecha, con lo que nuevamente se rascan gramos al carecer de los refuerzos que requieren estas perforaciones.

El cuadro de nivel T tiene un peso de solo 1.530 gramos, consiguiendo un peso final que supera por poco los 1.800 gramos con amortiguador Rock Shox SIDLuxe. También habrá una versión tope de gama con suspensiones Flight Attendant de esta marca. También hay un tercer nivel, el carbono C, cuyo peso con amortiguador está por debajo de los 1.900 gramos.


Una de las claves para lograr esas cifras también ha sido el estudio de la construcción del carbono hasta el más mínimo detalle, usando piezas de carbono más grandes que implican menos uniones -menos resina, por tanto- y tratando de hacer una transición entre las piezas más progresiva. La bieleta es de aluminio, y en ella también se ha continuado este trabajo de aligerado y de presta atención a cada milímetro buscando los números más pequeños en la báscula.

Al igual que otras marcas como Cannondale, Cervelo o Santa Cruz, la longitud del triángulo trasero es específica para cada talla de las cinco en que se fabrica.

El cuadro está diseñado para el uso de tijas telescópicas de largo recorrido, incluso 150 mm en tallas pequeñas. Incluye un guiacadenas minúsculo concéntrico al eje de giro del basculante, espacio para llevar dos bidones de agua, pedalier de rosca

Su sistema de suspensión tiene una cinemática que si bien se aprecia ligeramente regresiva al inicio y luego progresiva, tiene un tacto principalmente lineal, con una progresividad del 10%. Los ingenieros han calculado el ratio para lograr una sensibilidad muy elevada a partir de un sag del 20%, aunque recomiendan usar un 30% para exprimir sus capacidades al completo.

Las cifras de geometría están dentro de lo esperado en una marca con raíces tan “gravity” como ésta, con una geometría moderna y de ángulo de dirección abierto pero al mismo nivel prácticamente que la mayoría de estrenos por parte de otras marcas en estos últimos año. Tiene un ángulo de dirección de 66.5º o un tubo de sillín muy vertical con 75.5º, o un Reach de 445 mm en talla M.


Las nuevas ASR se ponen a la venta en tres colores y en unos precios de lanzamiento que arrancan en 5.689 euros.

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