1. Shimano Airlines
Hace algo más de 15 años, en 1999 Shimano presentó el Shimano Airlines. Se trataba básicamente de un sistema de cambio neumático (por aire), y que contaba con un doblemando de 7 velocidades (sólo pulsador derecho) y una bombona a modo de depósito que debíamos colocar debidamente en el cuadro de nuestra MTB y rellenar de vez en cuando mediante una válvula shraeder, ya que la duración estimada rondaba entre los 300 y 600 pulsaciones del cambio. Se creó específicamente para su uso en descenso de competición siendo un producto desarrollado durante los años previos a su lanzamiento (1997 a 1999) y nunca llegó a pasar definitivamente a la serie pero que sí que pudimos disfrutar y probar en BIKE, años más tarde.
2. Christini tracción total
Este fabricante especializado en sistemas de transmisión desarrolló en el año 1995 el primer prototipo de bicicleta de Mountain Bike de transmisión total, algo inédito y toda una obra de ingeniería y tecnología dignas de pasar a la historia. El concepto fue desarrollándose y no fue hasta el año 2001 cuando pasó a producción y cuando oficialmente se comenzase a vender a nivel internacional, el mismo año en el que Christini licenció el sistema a la marca de bicicletas Jeep quienes eligieron uno de sus dos modelos de MTB de suspensión total de Christini que también se comercializó en Estados Unidos bajo la marca Jeep.
3. Frenos Coda
El primer freno de disco desarrollado por Cannondale en 2000 fue un auténtico atraso, y lo podemos decir hoy bien alto y claro, si bien en su día tuvimos nuestros más y nuestros menos con Cannondale por mencionar en BIKE en una prueba de una flamante bicicleta Cannondale F-5000 recién estrenada en el año 2000 que “los nuevos frenos Coda Compact Disc frenaban menos que unos V-Brake bien ajustados”. La que se lió. Llamadas de teléfono al director desde la sede de Cannondale Europa en Suiza. Fue para tanto que incluso desde Cannondale enviaron a España a personal cualificado para realizar una serie de cursillos y clinics técnicos en los mejores puntos de venta Cannondale de nuestro país para explicar y detallar las características y meticuloso cuidado que había que realizar con el propio freno con el fin de obtener el rendimiento que se esperaba de él. A la postre, aunque no tocásemos ni disco ni pastillas con los dedos de las manos como así nos sugerían y fuésemos lo más pulcros posibles con el freno, aquello apenas frenaba por mucho que apretásemos la maneta con todas nuestras fuerzas, con un tacto duro y nítido, pero con poco poder de deceleración. Todo un componente estrella y un verdadero “top 3” entre los peores productos de la historia del Mountain Bike.
4. Grip Shift Original
Los primeros modelos del sistema de cambio de Grip Shift de SRAM o de Sachs del pasado tampoco pasarán a la historia como uno de los mejores productos del MTB, con ciertos errores de juventud, una constante atención por los desajustes de los cambios y una dificultad para cambiar el cable digna de una operación de cirugía. Año tras año fueron mejorándose pero los modelos de las primeras generaciones dieron demasiados problemas.
5. Manillar Profile
Este concepto de manillar “integrado” pasará a la historia por ser el empleado por Ned Overend al alzarse como el vencedor absoluto en el primer Campeonato oficial de Mountain Bike de la historia celebrado en la estación de ski de Purgatory en Colorado, USA en el año 1990. El manillar Profile contaba con unas dimensiones extraordinarias y era muy pesado. Las posibilidades para poder agarrarnos eran infinitas, si bien pronto fue reemplazado por la combinación de un manillar con acoples laterales por la propia marca Profile, así como otras marcas como Zoom o Scott que siguieron los pasos de Profile con modelos de manillares integrados de manillar con acoples.
6. Pedales Onza
¿Quién no recuerda los pedales Onza caracterizados por contar con un sistema de dureza cambiando los elastómeros de colores con los que se vendían los pedales?. Salieron al mercado en la temporada 1994 y su aspecto era muy prometedor, en la línea de los referentes Shimano SPD M-525 y M-737, siendo un poco más anchos, aunque sin llegar a las mayores dimensiones de los Look S2 Moab algo más grandes de la época, a la venta desde 1993. Su mejor característica pasaba por la carencia de regulación de su dureza, ya que para eso sustituíamos en cada lado del pedal el elastómero que hacía de “muelle”, disponible en tres durezas de diferentes colores. Su peso era muy liviano aunque lejos de los referentes Speedplay Frog con versiones con eje de acero y titanio. Los Onza también se ofrecían en versiones con eje de acero y titanio y fueron muy bien recibidos en una época (mediados de los años 90) cuando la marca estaba en su momento de esplendor, gracias a productos como los neumáticos Porcupine (unos clásicos y en horas bajas ya mediada la década de los 90), los nuevos neumáticos Rip y Rail, manillares, acoples, puños e incluso frenos cantiléver. Pero los pedales Onza no pasarían a la historia por su buen funcionamiento y es que se desenganchaban en el momento más inesperado y la temperatura ambiente también influía sobre la dureza de los propios pedales a la hora de enganchar y desenganchar. Onza dejaría de venderlos un par de temporadas más tarde quedando en el olvido sin pena ni gloria.
7. Platos Biopace
Visto en perspectiva, Rotor tomó el testigo de la idea original de Shimano y la ha llevado a mejor puerto con sus platos Q-Rings. El caso es que en las mountain bikes de los primeros tiempos, Shmano equipaba sus bielas con platos Biopace, no redondos, sino ovalados, para, en teoría, optimizar la relación de cambio con la palanca ejercida en los distintos tramos de pedeleo. Duró unos años y se fue abandonando en pro de los platos redondos convencionales. Analizado ahora, la colocación del óvalo no parecía la más adecuada para conseguir el efecto buscado, ya que la mayor relación de cambio se coloca en los puntos de menos palanca y no al revés.
8. Potencia Flexstem
Corría el año 1988 cuando, en la búsqueda de un mayor confort para las bicicletas de mountain bike, la marca Flexstem introdujo el primer modelo de potencia con cierto nivel de suspensión, empleando un pequeño elastómero que mitigaba las vibraciones que llegaban al manillar desde los cuadros y horquillas de acero de la época. El concepto tuvo cierto éxito y repercusión en su momento, si bien en 1989 (RockShox) y en 1990 (Manitou) presentarían sus primeras horquillas de suspensión que revolucionaron el Mountain Bike. Las horquillas de suspensión fueron mejorando exponencialmente con el paso de los años para acabar terminando con componentes como las potencias de suspensión Flextem -que pasaron a llamarse Girvin-Flextem en 1991- con versiones mejoradas de su exitosa potencia fabricada en versiones de aluminio (la más conocida de color amarillo fosforito con un peso de 490 gramos) e incluso versión con la potencia de titanio -metal precioso de la época en los primeros años de los ’90- con manillar integrado con un peso de 560 gramos. Los elastómeros que hacían de suspensión estaban disponibles en 4 durezas diferenciadas en 4 colores. Otra potencia similar fue la mítica Softride, posterior al modelo Girvin original pero mucho más elaborada y que contaba con un mejorado funcionamiento en base a un muelle, mayor y más controlado desplazamiento vertical. El suizo Thomas Frischknecht la empleó en numerosas pruebas durante la década de los 90. Y posteriormente, la marca de componentes taiwanesa JD components desarrolló un modelo más asequible con el que popularizó durante unos cuantos años este tipo de componentes que tampoco ha prosperado años más tarde.
9. RockShox frenos de disco
El modelo RockShox “Disc” fue un freno de disco que RockShox fabricó con la colaboración de AMP Reseach (el freno en sí era muy similar al que ya había desarrollado por su parte la empresa AMP), caracterizado por un funcionamiento hidráulico de la pinza, pero de accionamiento mecánico, con una maneta de freno normal de la época. Sus particularidades eran muchas y respecto el AMP presentaba una serie de diferencias. El anclaje al buje era de sólo tres tornillos y RockShox desarrolló con White Brothers un buje compatible especial para el anclaje de esos tres tornillos, cuyo anclaje era a su vez diferente del AMP. Otro inconveniente de esta primera etapa de los frenos de disco era la compatibilidad con las diferentes horquillas de suspensión y cuadros del mercado, ya que la gran mayoría de ellos no contaban con el necesario adaptador para instalar frenos de disco ni existía una normativa establecida aún. Así que, según el tipo de horquilla o cuadro que tuvieras, debías de montar uno u otro adaptador compatible. Pero esto no es todo y es que los frenos de disco RockShox apenas pasaron a fabricarse en serie y las decenas de unidades que se fabricaron en la época fueron a parar a algunas marcas puntuales y sobre todo al mundo de la competición y patrocinio de pilotos oficiales de la marca (como por ejemplo Dave Cullinan que corría con el freno delantero RockShox de disco y trasero Shimano XTR V-brake en la prueba de la Copa del Mundo Grundig de descenso y dual slalom de 1998 en Sierra Nevada).
10. Scott Unishock
Durante las temporadas 1993 a 1996 la marca de bicicletas Scott desarrolló una peculiar horquilla de suspensión que equipó en determinados modelos de bicicletas, con la particularidad de un diseño inspirado en una horquilla rígida con las barras superiores que se unían para continuar hacia el tubo de dirección. Este diseño hacía que la horquilla fuese muy ligera pero, por una parte, su funcionamiento dejaba bastante que desear en cuanto a lo que se podía esperar de una horquilla de suspensión en sí –o directamente comparada con una RockShox Mag 21 de la época o Manitou 3 o 4, y por otra, flexaba bastante. Por si esto fuera poco, tras numerosos reportes de accidentes debido a roturas de un buen número de estas horquillas, la Comisión para la Seguridad del Producto de los Consumidores de Estados Unidos dictaminó llevar a cabo un “recall” de un total de 13.600 horquillas Unishock vendidas entre 1993 y 1996 las cuales habrían dado problemas, habiendo reportado un total de 640 incidentes por roturas o por la separación de las barras con las botellas, con un innumerable número de sucesos ocurridos como consecuencia de dichos “problemas”. Y con esto, este producto merece con creces el galardón de engrosar también la lista de “los peores”.
11. Shimano DualControl
Los mandos Shimano Dual Control fueron una de las innovaciones más controvertidas de Shimano en el mountain bike en los primeros años de la década de 2000. Nacieron siguiendo la tendencia de integración de los componentes a imagen y semejanza de los grupos de carretera, donde empleamos el desplazamiento lateral de las manetas de freno para cambiar. No cabe duda de que Shimano revolucionó el mercado con esta controvertida decisión de lanzar este sistema de frenos y cambios integrados, que se estrenó con el rediseño del grupo XTR de 2003 que en BIKE tuvimos ocasión de probar y realizar una prueba de larga duración a lomos de una Trek Fuel 100 de aquel año, o una preciosa GT i-Drive Marathon de color verde lima que fue estrella de uno de nuestros Supertest. En 2004 los mandos Dual Control también pasarían al Deore XT, si bien las críticas no se hicieron esperar ya que las propias características de las bicicletas de mountain bike hacían necesario el empleo de ambos mandos por separado, como había sido hasta la fecha y como así lo hacían el resto de modelos y marcas de frenos / transmisiones del mercado.
12. Bici Softride
El sistema de suspensión Softride data nada más y nada menos del año 1989 cuando fue presentado originalmente en la feria estadounidense de Interbike. El Softride SRS (Soff Ride Seating) fue concebido como una bicicleta de suspensión trasera y su primer modelo fue presentado en 1991 denominado PowerCurve. En sí, el concepto consistía en dos cajas realizadas en fibra de vidrio rellenas de espuma y unidas entre sí y protegido con una capa viscoelástica. Las bicicletas no pasaron de ser un concepto innovador pero con un comportamiento demasiado flexible que hacía imposible una conducción precisa. Softride se extendió a la carretera en 1996 lanzando su primer modelo con cuadro de aluminio y posteriormente triatlón, y la producción cesó en 2007 tras ser declaradas prohibidas por parte de la UCI.
13. Tija Cane Creek
Si las potencias causaron furor en el momento de salir al mercado, la más tardía puesta en escena de las tijas de sillín con suspensión no atrajo tanta expectación como a priori se podría pensar. Quizá porque, por entonces, ya existían un buen puñado de modelos de bicicletas de doble suspensión a la venta y también, porque las hipotéticas ventajas del mayor confort que acompaña a este tipo de producto, viene acompañado de importantes contrapartidas como es la de variar constantemente la altura de sillín al comprimirse y extenderse y, sobre todo, que mientras estemos de pie encima de los pedales, es un elemento que no aporta confort alguno ya que nuestro peso recae en ambos pedales y en el manillar, no así en el sillín. Distintas marcas hicieron sus pinitos lanzando diferentes modelos al mercado. Una de las más conocidas en España fue la realizada por el fabricante artesanal inglés USE con diferentes modelos Sumo, SX o Alien RX, famosos por su colección de componentes ligeros, y que se aventuraron a lanzar un producto de estas características. Otros fabricantes como RockShox con su tija de sillín “Post” o CaneCreek con su modelo Thudbuster tuvieron mayor repercusión en mercados como el estadounidense. Otros fabricantes mayoritarios como por ejemplo Zoom o SR Suntour -por nombrar sólo un par de ejemplos- un tiempo más tarde también lanzaron diferentes modelos de tijas con suspensión técnicamente más sencillas y también más pesadas, que han colaborado a que este sea un componente con cierto atractivo sobre todo para los usuarios menos expertos buscando cierto nivel de confort añadido al comprarse una nueva MTB. En definitiva, es otro producto valedero para nuestra “lista negra” del MTB.
14. Tioga Multicontrol
En 1997 se presentó el modelo de sillín MultiControl DH, un modelo de unas dimensiones XXL con una densidad de espuma interna XXL y unos llamativos colores rojo y azul que marcó una época como modelo referencia para descenso. Sus mayores dimensiones hacían que contásemos con un mejor control de nuestras piernas con nuestra bici, si bien en base a sus grandes dimensiones también llegaba a molestar algo más de lo debido. Se pasó de moda sin pena ni gloria y aunque Tioga no ha dejado de fabricar sillines desde entonces, el MultiControl DH tiene todo el mérito posible para hacerse un hueco en nuestro listado de los peores productos para el Mountain Bike.
15. Vainas elevadas
Alpinestars fue a comienzos de la década de los 90 el icono de marca con cuadros caracterizados por un diseño de vainas elevadas, con modelos tan míticos como el Cro-Mega, Al-Mega y Ti-Mega. Este último, un modelo que desfiló por nuestras páginas de BIKE el año de nuestro estreno como revista en 1992 y que pasó a la historia por ser una bicicleta con la que nuestro Juan Manuel Montero fue capaz de ascender ya famosa “Bajada de la Muerte” de la Casa de Campo madrileña en sentido contrario, cuesta arriba. Quienes la conocéis, podéis imaginaros la envergadura de tal hazaña. Las vainas elevadas permitían cargar el peso sobre la rueda trasera más eficazmente a la vez de hacer la parte trasera de la bicicleta más compacta, con una distancia más corta entre el pedalier y el eje de rueda trasera. Este diseño fue seguido también por otras marcas, pero no tuvo continuidad años más tarde. Alpinestars también pasó a la historia por los numerosos problemas de fisuras y roturas de cuadro que este diseño de vainas elevadas provocó sobre todo en el modelo de aluminio Al-Mega.