En cicloturismo: ¿bolsas o alforjas?

En el mercado existe diferentes ofertas sobre fórmulas de almacenaje, pero si quieres ser eficaz puede que no todas te sean realmente útiles.

Texto: @bicitravel // Ilustraciones: Blackburn

En cicloturismo: ¿bolsas o alforjas?
En cicloturismo: ¿bolsas o alforjas?

Las alforjas son el aliado clásico del cicloturista y siempre van a estar en el ideario de material de todo ciclista viajero. Sus grandes ventajas es la amplitud de carga que ofrecen y son muy aptas para grandes viajes y para gente que se niega a dejar en casa una buena lista de ‘porsis’ (“Por si acaso…”).

El uso de alforjas en el tren delantero y trasero está únicamente indicado para grandes travesías sobre carretera y para zonas en las que durante algún que otro día tenemos que ser autosuficientes. No las recomendamos, especialmente las alforjas delanteras, para viajes por caminos con muchos baches pues hacen perder a la bici algo de estabilidad. Pero el portabultos trasero es muy polivalente al poder transportar en el mismo alforjas, bolsas, cajas incluso, etc. Aunque parece obvio, una cosa si te recomendamos y es que si usas alforjas lo hagas por ambos lados de la bicicleta para equilibrar el peso y volumen de la misma.

En cuanto a las bolsas de cuadro, tija o manillar suponen una nueva tendencia para poder viajar casi en cualquier tipo de bicicleta con una filosofía de viaje más ligera, con una filosofía de nómada puro y una selección muy detallada de cada bulto que metemos en las bolsas. Son indicadas para salidas de uno o dos días (microaventuras) hasta salidas de varios días o semanas si somos capaces de acertar con la combinación perfecta en función del país/clima/meteorología que nos haga. Otra solución interesante es combinar ambas soluciones, alforjas en el tren trasero y alguna bolsa para aligerar el portabultos o tener más elementos a mano en la zona de manillar o cuadro.