¿Una bici de 99€ sirve para hacer MTB?

“Una MTB por tan solo 99€"… “llévate esta fabulosa bicicleta de montaña con 18 velocidades por solo…" Frases que seguro has escuchado en la TV, has leído en los folletos que se estrujan dentro de tu buzón o te han bombardeado los sentidos mientras hacías la compra en una gran superficie. ¿Son estas bicis “chollo" auténticas Mountain Bikes?

Texto: Héctor Ruiz // Fotos: Gonzalo Manera

¿Una bici de 99€ sirve para hacer MTB?
¿Una bici de 99€ sirve para hacer MTB?

 

Queremos dejar claro que este informe no está enfocado a cuantificar la calidad de una bicicleta de este precio, ni a desaconsejar ni mucho menos criticar su compra, está dedicado a responder una pregunta frecuente que nos llega sobre si una bici así, de este presupuesto tan ajustado, es suficiente para practicar MTB con garantías, o sería aconsejable ahorrar para una mayor inversión. Es más, desde la redacción de BIKE y desde el sentido común, incluso nos parece buena idea que se vendan este tipo de bicis ya que llegan a acercar a este deporte a gente que de otra manera, con un precio inicial más elevado, no darían el paso de adentrarse en este fascinante deporte.

 

DISFRUTA MÁS  Y MEJOR

Ahora bien, ¿hasta dónde podemos llegar con una de estas bicis? Partamos de la base que nunca has practicado Mountain Bike, en ese caso, seguro que encuentras varias razones para que una bici súper barata como la que examinamos en estas páginas (doble suspensión por 99€) pueda darte a conocer las sensaciones que tanto nos enganchan cuando pedaleamos: libertad, autosuficiencia, sensación de control, dejar los problemas aparcados durante un rato, el placer de cruzar los caminos con cierta velocidad, los beneficios corporales y psicológicos de la actividad física… Pero llega un punto en el que montar un domingo al mes cerca de casa ya no es suficiente y te lo quieres tomar más en serio, explorar qué hay más allá de los parques cercanos a tu barrio de donde no te has atrevido a alejarte hasta ahora, alargar el kilometraje de tus rutas, bajar por ese camino tan chulo que te han contado o has leído en un foro, e incluso apuntarte a tus primeras marchas…  Entonces encontramos que una bici de solo 99€ presenta ciertas limitaciones, tanto a nivel de funcionamiento como a nivel de una futura mejora de piezas. ¿Necesito una bici más cara?, ¿qué precio mínimo me asegura unas garantías? Hemos ido a una gran superficie a comprar una de estas “bicis-chollo”, frecuentes en todo tipo de centros comerciales. A continuación te detallamos cuáles son los motivos fundamentales por los que invertir en una bici de mayor precio es sinónimo de un mayor disfrute a corto y largo plazo.         

 

¡VAYA “CUADRO”!

Viaje al pasado: Todo construido en acero, carece de detalles y sus soldaduras no tienen un acabado regular, con cordones muy finos y escuetos. Solo se fabrica en una talla (¡pero en dos colores!), por lo que el ajuste a los distintos usuarios es tremendamente limitado. Desmontando el amortiguador comprobamos que el eje principal (y único) de giro del basculante no gira suave, con una fricción excesiva. Las pletinas (anclaje de amortiguador, punteras, unión entre vainas), son simples planchas de acero soldadas, de escaso grosor y sin ningún tipo de torneado. Su geometría no está indicada para rodar por caminos con suficiente seguridad para nuestra integridad, ni bajando ni subiendo.

 

> Amortiguador: El amortiguador de nuestra bici de 99 euros es un simple muelle que trabaja sobre un telescopio de acero, sin ningún tipo de elemento de control (aceite), y solo podemos ajustar la precarga del muelle (comprimiéndolo con la rosca). Al desmontarlo descubrimos que el telescopio tiene un tacto tosco, con tropiezos en su recorrido, sin ningún tipo de lubricación ni control interno (una goma para evitar topes). En las articulaciones, los casquillos de fricción característicos de los amortiguadores son sustituidos por unos tacos de nylon. Con una longitud del amortiguador corta (148 m), dificulta la sustitución futura por uno de mayor calidad. Un amortiguador frecuente en dobles suspensiones de precio de acceso suele ser un X-Fusion O2 RL, con funcionamiento a través de aire y cuyo precio está en torno a los 300€. Controlado por aceite, nos permite ajustar compresión y rebote independientemente, todo ello con un cuerpo de aluminio. Disponible en 5 medidas distintas. Su peso (230 g) está unos 190 g por debajo del peso del amortiguador utilizado en la bici de 99€.

 

> Manetas: De entrada, los frenos de la Freerider no tienen mal tacto, y es justo reconocerlo, suaves incluso para la mano de un niño. Pero al ser de plástico tanto en manetas de freno como en las propias levas del V-Brake, la potencia de frenada es mínima, flexando ante cualquier frenada mínimamente exigente. Los cambios de tipo puño giratorio no están indexados, es decir, no tienen un click nítico que se corresponda con un cambio de corona así como de plato. A su vez, subir a las coronas grandes (3 de las 6 que tiene) es una tarea muy costosa, especialmente sobre la marcha debido al tacto duro. La tornillería tambén es pobre, con presencia de tornillos tipo rosca-chapa y con tornillos de acero de baja calidad. Unos mando de cambio básicos Revoshift de Shimano (6 v) tienen un precio de 13,90€, mientras que unos doblemandos (freno y cambio) Shimano EF41 integrados y de aluminio cuestan 27,90€.

 

> Sistema  de suspensión: Es uno de los aspectos donde más trabajo cuesta desarrollar una bici, y es imposible hacerlo con éxito con un presupuesto tan limitado. Por ello, la Freeride cuenta con un sistema monopivote, además, con pedalier unificado. Esto significa que una vez el amortiguador se comprime, la distancia entre pedales y sillín se acorta, lo cual impide que pedaleemos correctamente (nuestras rodillas se flexionan). En bicis de este precio, sin duda la opción de cuadro rígido es mucho más acertada. Una bici de doble suspensión con un sistema elaborado, una cinemática minimanente estudiada, articulaciones en los sitios necesarios para el correcto funcionamiento de la suspensión y rodamientos en sus puntos de giro, tiene un precio mínimo de unos 1.200€.

 

> Horquilla: Otro de los aspectos más deficientes en cualquier bici de bajo precio. El trabajo de amortiguación lo realiza un elastómero, además en este caso de calidad dudosa, motivo por el que pasado un tiempo las propias exigencias del terreno y las inclemencias hacen que pierda el poco recorrido que posee, volviéndose el elastómero duro y lento. Del mismo modo, carece de cualquier tipo de control de la compresión, por lo que ya peses 50 o 100 kg, no podrás adaptar su dureza a tus necesidades. En el caso de la horquilla Freeride de esta prueba, tampoco posee anclaje para freno de disco, por lo que tendremos que conformarnos con montar V-Brake hasta el día que sustituyamos la bici por otra.

Una horquilla con cartucho hidráulico, regulación de compresión y compatible con freno de disco tiene un precio aproximado de 200€ (26”).

 

> Dirección: Algo que nos sorprendió nada más sacar la bicicleta por los pasillos del centro comercial fue la dureza de la dirección, trabajando con una precarga de los rodamientos (y por tanto fricción) muy elevada. El tubo de dirección es de medida continua 1 1/8”, algo desaparecido a día de hoy en bicis de gama media-baja en adelante, aunque bastante extendido aún en bicis con precios por debajo de los 400-500€, por lo que este aspecto no es criticable.

En cambio, el uso de rodamientos de bolas con un sistema de roscas en lugar de un sistema A-head, prácticamente obsoleto en las bicis de fabricación actual, sí es un punto negativo, haciendo que todo el conjunto pierda calidad. Por ese motivo, emplea una potencia con sistema de cuña, dificultando la sustitución por una potencia de mejor calidad (menor peso) o con unas medidas distintas.

 

> Pedalier: El sistema de cuadradillo es obviamente el empleado, el más antiguo y de menos coste entre las bicis actuales. En su interior solo encontrarás unas jaulas con rodamientos de bola, lejos de los pedalieres sellados de bicis de precio superior.

El eje de giro principal carece de un sistema de rodamientos, lo hemos desmontado y sorprendentemente en su lugar solo encontramos unas cazoletas de plástico, haciendo de intermediarias entre el eje y el cuadro, para evitar el contacto metal-metal. En bicis de mayor precio encontramos siempre rodamientos en puntos de giro tan críticos como éste, donde aparecerán holguras a los pocos días de uso llegando a partirse en caso de uso mínimamente exigente.

 

> Punteras Traseras: Nos ha alegrado encontrar punteras con anclaje para freno de disco trasero y unas guías para el cable, algo curioso teniendo en cuenta que la horquilla delantera carece de esta posibilidad. Con unas terminaciones, tanto en su forma como en la pintura, poco perfeccionadas, nos suscita la duda de si cumple con los estándares en materia de anclajes. Hemos montado una rueda con disco y hemos intentado montar un freno hidráulico normal y corriente. Para nuestra sorpresa, sí cumple con las medidas usadas por el resto de fabricantes, pero la pinza queda desalineada con la posición del disco, además de que el adaptador no asienta completamente bien. Nos es imposible ajustar el freno correctamente sin roces. El sistema de eje empleado es un tornillo pasante con sus respectivas tuercas, sin ninguna presencia (tampoco en el eje delantero) de un cierre rápido.

 

> Cambio: Dejando al margen las escasas 6 coronas del casete (7 en bicis de precio de acceso de la mayoría de marcas), el cambio es un compendio de piezas de plástico con otras de acero, escasamente rematadas unas con otras. Los ejes de giro remachados así como los tornillos de las roldanas o el tensor del cable, tienen unos acabados poco finos (rebabas, cabezas irregulares). Es poco resitente a las holguras con el uso prolongado. El casete se ancla al buje por un sistema de rosca (piñones roscados directamente), por lo que no podemos pensar en ampliar el número de coronas en el futuro en caso de querer mejorar la transmisión.

El cuadro tampoco posee puntera de cambio recambiable, por lo que en caso de rotura en una caída, solo queda la opción de soldadura.

 


Ver: 5 bicis que sí merecen la pena


“Cuando vamos más allá de los parques las limitaciones de estas bicis quedan en evidencia”

 

 

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