Tengo que decir que personalmente la Trek Rumblefish es una de las bicicletas de 29 pulgadas que más me ha gustado, si no la que más. Su concepto es lo que más ha encajado con mi forma de disfrutar del Mountain Bike, una doble "global" que vale para todo, sin ser la mejor en nada, con las mejores prestaciones de las 29 pulgadas, su mayor peso también, y con ese extra de recorrido en las suspensiones, en el balón de los neumáticos y en la rigidez general. Como digo, adapta a mi forma de montar, que doy predominancia a la diversión, me pongo retos en superar tramos técnicos, y no en arañar segundos al reloj.
Una doble para mostrar las posibilidades de las 29"
Exclusividad
La Rumblefish es el concepto más "trail" o más "all mountain" dentro de las dobles suspensiones de 29" de Trek, que en esta última versión ha elevado su recorrido trasero de los 110 anteriores hasta los 120 mm de esta. Parte de un cuadro de aluminio Alpha Platinum, la mejor aleación de aluminio Trek, hidroformado y conificado internamente para obtener una correcta relación entre resistencia y peso. El pedalier es un Press Fit semi-integrado, al igual que el tubo E2 de la dirección, conificado. Monta un desviador Shimano SLX Direct Mount, fijado directamente al tubo vertical. Viene previsto de fijaciones para el latiguillo de una futura tija telescópica, ya que la Rumblefish Pro (3.999€), modelo superior y con la que comparte cuadro, equipa una RockShox Reverb de serie. El guiado de todos los cables es externo a lo largo del tubo diagonal, y sorprende la decisión de dejar "al aire" el cable del cambio en una zona donde el agua escurre y se cuela dentro de las fundas, empeorando el tacto y precisión. Otro punto que llama la atención es el anclaje de disco trasero de sistema Internacional, cuando la mayoría de fabricantes se decantan por el Post Mount (incluso en muchas otras bicis de Trek) por razones de simplicidad y menor peso.
Como tecnologías exclusivas de la marca encontramos la articulación concéntrica trasera, entre vainas y tirantes, ABP (Active Braking Pivot) con eje pasante de 142x12 mm y el sistema de cámara anexa de aire DRCV (Dual Rate Control Valve) presente en ambas suspensiones. El ABP básicamente lo que busca es maximizar el efecto "anti-squat" (impedir el hundimiento-extensión de la suspensión en aceleraciones y frenadas) y mejorar la independencia de la suspensión bajo la frenada. El DRCV es un viejo conocido de Trek. Consta de una pequeña cámara de aire supletoria que entra en acción al final del recorrido de las suspensiones, mejorando la linealidad de acción. ¿Qué se consigue con esto? Un tacto de suspensiones más consistentes al principio, firme y progresivo, propio de un recorrido más corto, pero con la capacidad de la absorción extra final en impactos fuertes.
Una doble para mostrar las posibilidades de las 29"
Con el ABP la suspensión va mejor cuando frenas
G-enial geometría
Pero sin duda, una de las tecnologías más determinantes en el comportamiento de la Rumblefish es la geometría G2, unas adaptaciones específicas para mejorar las reacciones de las 29" desarrolladas por el propio Gary Fisher, cuando tan sólo él y pocos visionarios más apostaban por este diámetro de rueda. Ahora las 29er son una realidad, y la geometría G2 ha sido copiada por el resto de marcas. La G2 consiste básicamente en llevar hacia atrás ligeramente el tubo de la dirección, acortando horizontal y diagonal. El tubo de dirección de la horquilla también se mueve hacia atrás, y con él el resto de la horquilla, incluyendo el eje, acortándose la distancia entre los ejes. Para corregir este efecto y que la distancia entre ejes quede intacta lo que se hace es adelantar la cabeza de la horquilla (offset de 51 mm). El resultado es un menor "trail", una medida que hace referencia a la distancia entre punto de contacto de la rueda en el suelo y la proyección del ángulo de la dirección. La geometría G2 consigue una gran manejabilidad sin comprometer la estabilidad.
Puedes visualizar este video para entender mejor qué es la geometría G2.
Equilibrio perfecto
La Rumblefish es una bici muy equilibrada. La postura de conducción es cómoda y el peso queda bien repartido, ayudando a situarlo su tija Bontrager de fijación centrada. Se muestra rápida, más que una 26" de semejantes prestaciones y mismo peso. Una vez que la lanzas, la inercia de sus ruedas de 29" te hacen rodar rápido, incluso subiendo, si eres capaz de mantener el ritmo (son casi 14 kilos con pedales) notarás que vas rápido. Pasa bien sobre los baches, otras de las razones por las que mantiene mejor la velocidad que una 26". El ancho y rígido manillar ofrece una postura para las manos y mucho control para bajar, y para moderar las fuerzas que generan las grandes ruedas. Con la Rumblefish se baja muy bien, no hay trialera que se resista, y te permite afrontarla con mayor confianza que con la mayoría de bicis de rueda más pequeñas. Sus neumáticos Bontrager de generoso balón (2,30") y excelente ayudan a afrontar cualquier bajada con confianza y seguridad. En tramos de sendero estrecho y revirado, el mal intrínseco de este diámetro de rueda hace su aparición en forma lentitud de movimientos y dificultad para guiar la rueda por donde queremos. Aunque la geometría G2 hace de la Rumblefish una bici muy divertida, continúa siendo levemente más perezosa, sobre todos para bikers de contenida estatura como yo, de 1,72 cm (sobre una Rumblefish talla 17,5"). Si te gusta jugar con la bici y levantar la rueda delantera también notarás que es más difícil y que requiere un gran esfuerzo, por su longitud de vainas de más de 45 cm.
Con el ABP la suspensión va mejor cuando frenas
Estable, divertida, de muy fácil adaptación
De todo este buen comportamiento, las suspensiones Fox DRCV también tienen algo que decir, ambas con control de compresión CTD. En ellas puedes elegir la suavidad de acción en tres configuraciones: Descend para bajar, suavidad y sensibilidad máxima; Trail para pedalear, firmeza contenida; y Climb, para subir, donde es casi un bloqueo. Aunque los mandos CTD son accesibles, un mando doble de Fox en el manillar hubiera sido perfecto para cambiar el comportamiento rápidamente y sin tener que soltar una mano del manillar. El DRCV mejora la capacidad de las suspensiones en la parte final, dotándolas de un tacto más absorbente.
Estable, divertida, de muy fácil adaptación