Prueba Santa Cruz Tallboy C

La Santa Cruz Tallboy C (carbon) es una de las bicis que más cuellos hacen girar cuando te cruzas con ella. Tiene ese aire de marca mítica, cargada de personalidad, con el toque de exclusividad y tecnología.

Redacción de BIKE. Fotos: G. Manera

Prueba Santa Cruz Tallboy C
Prueba Santa Cruz Tallboy C

Combinan las prestaciones del VPP (Virtual Pivot Point), un pivote virtual, de hecho, “el pivote virtual” original, patentado por Santa Cruz, con las ventajas de la fibra de carbono. Para resumir rápidamente cómo funciona un pivote virtual, diremos que la tensión de la cadena intenta extender la suspensión, contrarrestando el empuje de compresión que surge al acelerar la bicicleta. Este efecto también se aplica a otros pivotes virtuales (Giant, Niner), y también es buscado por el resto de sistemas. El VPP de Santa Cruz, en su última versión, es de los más refinados, incluso pedaleando en plato pequeño, donde mayores carencias suelen mostrar en forma de oscilaciones este tipo de sistemas, el rendimiento es muy bueno. El pedaleo se mantiene controlado en todo momento, para lo cual también colabora el amortiguador Fox Float con CTD. Ambas suspensiones cuentan con esta tecnología que ofrece tres regulaciones de control de la compresión, una para bajar (Descend) una para pedalear (Trail) y otra para subir (Climb).

>Para una mayor suavidad, las suspensiones son de la serie Factory, la gama alta de Fox, con barras con tratamiento Kashima, más deslizante. El cuadro es 100% de fibra de carbono, incluida la bieleta superior. La inferior es de aluminio, con rodamientos de contacto angular y engrasadores, lo que mejora la rigidez lateral. En marcha el cuadro se nota muy sólido y reactivo a nuestros movimientos. Junto con una geometria compacta, con una distancia entre ejes bastante reducida en comparación al resto, hace que la Tallboy sea fácil de llevar, sin la percepción “aparatosa” de otras. La posición es corta, relativamente erguida, lejos de una forzada postura de Rally, lo que la hace ideal como rápida rutera o maratoniana. Sólo la pediríamos un manillar unos milímetros más ancho, de unos 720 mm para controlar mejor la palanca extra que ejercen las ruedas de 29 pulgadas.

Detrás de toda la tecnología del VPP y la construcción íntegra carbono se esconde un cuadro discreto que se mantiene en la retaguardia de los tiempos actuales: carece de pedalier integrado o de guiado interno de cables, es más, el cable del cambio discurre “al aire” por el tubo diagonal. Monta un desviador de abrazadera y una dirección solo integrada en la cazoleta superior. Eso sí, no podía faltar un eje trasero de 142x12 mm, fundamental en ruedas de 29 pulgadas.