Imaginemos que nos hemos puesto un objetivo: llegar en la mejor forma a una prueba a la que le teníamos “ganas". Hemos tenido éxito, estábamos en plena forma en el momento adecuado, pero ahora que nos sentimos tan a gusto con nuestro rendimiento, ahora que tenemos esas sensaciones tan satisfactorias, queremos más, queremos llegar así también a otra prueba dentro de un mes. ¿Es posible o estamos pidiendo imposibles?
La buena noticia es que se puede conseguir, y no es tan difícil. Nuestra propuesta es que en estas 4 semanas de transición hagamos una mini temporada, es decir, que vayamos aumentando la intensidad de los entrenamientos a medida que nos acerquemos a la prueba. Y antes, hacer una o dos semanas de entrenamientos en los que le demos prioridad al volumen de entrenamiento por encima de la intensidad.
La semana posterior a la prueba nuestro consejo es que nos la tomemos como de transición, es decir, que entrenemos poco y sin seguir ninguna estructura en concreto. A continuación, podríamos hacer una semana de volumen con tan solo un día de intensidad para no perder forma. A continuación, lo ideal sería planificar 2 semanas de entrenamiento incluyendo 4 entrenamientos de calidad, es decir, incluyendo intensidades cercanas al ritmo de competición.
Durante estas dos semanas de entrenamientos de mayor intensidad el resto de las sesiones de entrenamiento deben ser a intensidades bajas para no comprometer la recuperación de las sesiones de alta intensidad.
Por último, plantearíamos una última semana de entrenamiento con poco volumen y algo de intensidad para llegar a la carrera descansados.
Yago Alcalde. www.ciclismoyrendimiento.com