Las Trek 9000 y la 9500 fueron bicicletas que catapultaron a Trek a un nivel superior en el Mountain Bike. Cuando todas las marcas contaban con bicicletas rígidas y quizás algún modelo tope de gama con suspensión delantera RockShox RS-1, Trek se desmarcó con el lanzamiento de estas dobles suspensiones, que pasaron a ser el nuevo objeto de deseo de los bikers.
En BIKE tuvimos ocasión de probar la Trek 9000 en el nº1, un número histórico y fue nuestra bici de portada. La 9000 venía cargada de tecnología vanguardista, empezando por un cuadro con tubería Easton E9 de la serie ProGram (doble conificado), cuyos tubos eran ensamblados con racores, y fijados mediante pegamento.
Pedro Prada, su propietario, leonés y amante de todo lo que tenga dos ruedas, la consiguió casi nueva: “La bici la localicé en Palma de Mallorca, y estaba nueva. En el tubo vertical, justo en los números de 9500 tiene unas pequeñas marcas que delatan el más que posible uso de una silla de bebé en la bici".
El acabado de las uniones era tan fino que hoy en día muchos lo confundirían con un cuadro de fibra de carbono, por su suave aspecto. La suspensión trasera monobrazo conocida como T3C (Travel= 3 x Compresion) ofrecía 69 mm de recorrido, basados en un rudimentario amortiguador A.B. Zorb únicamente de elastómeros.
El acabado de las uniones era tan fino que hoy en día muchos lo confundirían con un cuadro de fibra de carbono
La horquilla de suspensión fue otra exclusiva, desarrollada en alianza con un gigante de las supensiones: Showa. La Trek DDS3 era hidráulica, con ajuste de precarga y rebote, con barras de acero y un recorrido de 45 mm. Pesaba 13,135 kg. La bici se comercializaba por 249.900 pesetas, unos 1.500€ para una bici tope de gama con el más alto nivel tecnológico que se podía encontar en la fecha.
Answer hacía una pequeña aparición de la mano de la potencia A.TAC de aluminio y 150 mm, así como el manillar Answer Hyperlite con tubería Easton, pero marcado como Matrix, la marca de los componentes Trek en aquellos años.
La tubería del cuadro es aluminio Easton E9 ProGram de las series 7075. Los tres tubos principales van pegados con epoxy a unos racores, también de aluminio, manufacturados por Trek.
Manetas de frenos y cambios Shimano XTR de primera generación, con los mandos Rapid Fire Plus recién sacados del horno.
La suspensión trasera se bautizó como T3C (Travel=3 x Compression) y daba 69 mm de recorrido activados por un amortiguador A.B. Zorb de elastómeros cuyo funcionamiento dio pie a llamar a estas bicis las “catapultas" por su inexistente control de rebote.
Cambio Shimano XTR de primera generación. Sobran las palabras.
Tanto cubiertas (Matrix Z-Axis R Comp) como llantas, Single Track Pro, eran 100% de fabricación Trek, excepto el buje de Shimano XTR.
Los primeros frenos Shimano XTR contaban con unas zapatas especiales que “dibujaban" la curvatura de la llanta y eran más largas que las habituales.
Pedro da una gran importancia a algunos detalles que otros coleccionistas pasan algo más por alto, y es que le gusta que s us bicis tengan la tija y el sillín de serie, y no para hasta encontrarlo: “En este caso, la tija XTR es un detalle importante, porque no muchas marcas la montaban. Como curiosidad también, las zapatas que monta son las que traía la bici de serie, lo que da una muestra de su poco uso".
La guinda de este maravilloso pastel la culmina el Shimano XTR: “Para mi es el mejor grupo que ha diseñado y fabricado Shimano en toda su historia, desde el cambio trasero a las manetas de freno con los primeros Rapid Fire Plus que se comercializaron".
Completamente de serie, esta Trek 9500 es una auténtica pieza de colección. La bici que pudo ser el primer Super Test de BIKE y que su hermana “pequeña" le robó ese privilegio.