Cuando Fabien Barel llegó a Canyon lo hizo para participar en cosas como ésta. Desde el prototipo inicial de 2014 hasta la llegada de la primera unidad de pre-producción que se vió en el Crankworx de Nueva Zelanda, el francés ha participado, junto con el equipo de ingenieros de la firma alemana, para llegar a este resultado que ya se puede comprar en canyon.com.
Con un triángulo delantero de fibra de carbono y trasera de aluminio 6066 T6, el esfuerzo en el diseño se comienza a apreciar desde el aspecto estético de la bici y se refuerza cuando vemos argumentos fundamentales de la Sender, como la geometría variable: por detrás podemos acortar o alargar las vainas 16 mm, y por delante podemos ajustar el ángulo de dirección con un márgen de dos grados.
La bici se concibe geométricamente con un eje de pedalier bajo, para dar la sensación de “estar dentro de la bici”, y no encima de ella, y favorecer la estabilidad. Esto se apoya en un sistema de suspensión en el que Canyon ha incidido en la búsqueda de un nivel óptimo, una mínima interferencia con la frenada y con la cadena y los pedales, pero manteniendo una máxima sensibilidad.
En este objetivo se diseñó la bieleta MX Link, concebida con inspiración en el motocross, y que confiere a la suspensión un comportamiento dependiente del punto de recorrido. En lo que Canyon denomina TPS (Triple Phase Suspension), la bieleta hace que la suspensión sea más sensible al principio, para combatir el umbral de acción inicial del amortiguador de aire utilizado, y más tarde confiere más aplomo, en una especie de “plataforma de pedaleo” que favorece la conducción al hacer más reactiva la bici a las decisiones del biker en pleno descenso. Por fin, en una tercera fase, la suspensión compensa la progresividad natural de un amortiguador de aire para aprovechar todo el recorrido en los impactos más fuertes. Además, el uso de espaciadores de volumen en el amortiguador confiere un plus de personalización. La suspensión se apoya en rodamientos industriales de un determinado diámetro según la articulación, y un detalle a destacar es el ingenioso dial para el sag que vemos en una de las articulaciones, que facilita el ajuste de las presiones del amortiguador.
Nada de ruidos
Un aspecto que hay que remarcar es el esfuerzo que Canyon ha puesto en conseguir una bici lo más silenciosa y protegida posible, y así vemos multitud de soluciones como topes integrados en el cuadro para el impacto de las barras de la horquilla, protector bajo el tubo diagonal, protectores y silenciadores en la vaina, para combatir el claqueteo de la cadena, e incluso un direccionamiento interno del cableado que también evita roces y golpeteo.
Son detalles que se completan con soluciones como el elegante cierre de tija de sillín integrado, o el guardabarros trasero.
Para extender al máximo de usuarios posible esta buena nueva, Canyon ofrece tres montajes, a partir de 3.599 €. El montaje superior, 9.0, llega a un espectacular peso de sólo 16,2 Kg.
Todas las características aquí. www.canyon.com/es/gravity/sender/