Con infinidad de visitas a fábricas y empresas del sector a nuestras espaldas, tenemos que reconocer que los días que pasamos viendo la factoría y las oficinas centrales de Pirelli nos causaron impresión. Y es que en nuestro viaje pudimos conocer de primera mano cómo se trabaja, cómo se respira y también cómo se construyó el imperio que un buen día, allá por 1872, fundó un ingeniero industrial llamado Giovanni Battista Pirelli quien inicialmente sólo pretendió fabricar recubrimientos de caucho para los cables de los telégrafos de la época.
Han pasado 150 años desde entonces y hoy Pirelli es uno de los mayores fabricantes de neumáticos del Mundo. Probablemente, uno de los más reputados desde el punto de vista tecnológico y con la investigación e innovación de sus productos como uno de sus principales sellos de identidad. Sus neumáticos son reconocidos en todo el mundo como unos de los más avanzados y asociados al alto rendimiento.
Esta circunstancia les ha llevado a ser una auténtica referencia en los deportes del motor, en los que se busca siempre la máxima fiabilidad y prestaciones de las gomas. Muestra de ello es el hecho de que Pirelli es desde hace años partner de técnico de F1 o proovedor oficial de neumáticos en el mundial Superbikes y también del World Rally Car, entre otras colaboraciones.
Con todo este bagaje en innovación, tecnología y rendimiento, Pirelli decidió no hace mucho tiempo aplicar todo su conocimiento al servicio del ciclismo. Esta decisión llevó a la compañía italiana a presentar en 2017 su primera línea de neumáticos específicos para bicicleta. Desde entonces, hemos visto como la gama Pirelli se ha ido consolidando entre nuestras bicicletas, consiguiendo neumáticos con la tecnología y el performance al que ya nos tenían acostumbrados en el mundo de la automoción.
En este tiempo los italianos han consolidado neumáticos para bici como el Cinturato en gravel, la familia P Zero para bicis de carretera o los Scorpion, por ejemplo, en bici de montaña. Neumáticos que, como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta el ADN de la compañía, estamos viendo en los mejores equipos del World Tour, en las competiciones más relevantes de gravel o en algunos de los equipos cabeceros de la Copa del Mundo de mountain bike como es el caso del Trek Factory.
APOSTANDO DE VERDAD POR EL CICLISMO
En nuestra visita a las oficinas centrales de Milán, la ciudad que fue testigo del nacimiento de la empresa, pudimos comprobar la mastodóntica magnitud de Pirelli. Sus instalaciones se encuentran en el barrio de Bicocca, uno de los más modernos y culturales de la ciudad. Un lugar que fue cuna del desarrollo de la industria en la Italia del siglo XIX y que ahora combina edificios que representan aquel pasado industrial del país, con construcciones modernas como universidades y teatros que simbolizan los logros del presente.
Pirelli se distingue por sus neumáticos en de alto rendimiento, también en ciclismo.
Desde estas instalaciones Pirelli maneja el rumbo de la compañía, presente es más de 160 países y que cuenta con unos 40.000 empleados. Los headquarters de Pirelli son una pequeña ciudad con diferentes edificios que forman el complejo. Entre ellos, nos llamó la atención una bonita villa, con aspecto de casa de campo que fue la residencia original de los fundadores y que Pirelli ha decidido conservar entre los modernos edificios de acero y cristal de la actualidad. Este y otros detalles son los que nos sugieren como Pirelli es una empresa con valor muy especial. Una organización que a pesar de ser gigantesca, mantiene un gran respeto y fidelidad a sus orígenes, algo que no es habitual en los tiempos que corren, donde las multinacionales tienden a perder su esencia con la globalización de los mercados.
Estos valores y el hecho del crecimiento de su división de ciclismo nos refuerzan la idea de que Pirelli es uno de los pocos gigantes del mundo de la automoción, casi el único diríamos, que han entrado en el mercado de las ciclismo creyendo realmente en el deporte y en el negocio de las bicicletas. No han cometido el error, bajo nuestro punto de vista, que de otras compañías equiparables, desarrollando una pequeña gama para intentar ocupar cierta cota de mercado, pero sin el apoyo en desarrollo, en I+D ni tampoco en recursos para promocionar un producto que, probablemente, suponga una facturación irrisoria en las cuentas globales de la compañía.
Pudimos ver en primera persona el inmenso departamento de I+D y test de neumáticos, donde se prueban constantemente gomas en fase de desarrollo, tanto de coches, como de motos y bicicletas. En estas instalaciones los neumáticos se someten a rigurosos test de sonoridad, de resistencia la rodadura, a los pinchazos, rigidez y agarre, por ejempo.
LA FACTORÍA DE BOLLATE
Pero además de toda la labor de I+D y de desarrollo de neumáticos, la mejor muestra de su decidida apuesta por el mundo de la bicicleta y que pudimos constatar en persona, es la activación de toda una planta, ubicada en la localidad de Bollate, a apenas 15’ de Milán, dedicada exclusivamente al desarrollo y la fabricación de neumáticos de ciclismo. BIKE tuvo la oportunidad de visitar esta factoría y charlar con sus responsables. La de Bollate de hecho, es una planta que Pirellí inauguró en los años 60 y que durante más de 50 años estuvo dedicada a la producción de neumáticos de automoción. No fue hasta pasada la pandemia, en 2020, cuando Pirelli tras una reestructuración, decidió darle un nuevo uso a esas instalaciones aprovechando el reciente lanzamiento de su línea de ciclismo, en 2017. Los directivos de la compañía decidieron dar el impulso definitivo al universo ciclismo con una producción de proximidad, a apenas 10 km de sus oficinas centrales con las ventajas que eso supone a la hora de sortear los problemas del transporte, logísticos, de costes y controles de calidad. Este es otro de los puntos en los que nos quedó claro que Pirelli cree de verdad en su producto para ciclismo, pues para ello tuvo que reconvertir las instalaciones de Bollate con maquinaria específica y una formación para recliclar a sus operarios, que desde esa fecha tuvieron que adaptarse a nuevos procesos de fabricación, especificos y propios de neumáticos de ciclismo y no de coches o motos, como tenían por costumbre en el pasado. Supuso una transformación de la planta y de sus trabajadores para poder ofrecer los neumáticos de bici más avanzados.
En la actualidad, la planta de Bollate, con capacidad de producir hasta 1,5 millones de neumáticos para bicicletas al año, trabaja con todos los estándares de Pirelli en cuanto a respeto con el medio ambiente, utilización de energías renovables y eficiencia de producción.