Test de Usuarios Canyon Nerve: En todo tipo de terrenos

Enrique Domingo, nuestro segundo probador de la Canyon Nerve 9.9 SL de nuestro Test de Usuarios, nos envía su prueba final de la bici.

Enrique Domingo

Test de Usuarios Canyon Nerve: En todo tipo de terrenos
Test de Usuarios Canyon Nerve: En todo tipo de terrenos

El día 19 de febrero recibo una enorme caja con el logo de Canyon. Se trata de una Nerve 9.9 SL que podré probar durante casi dos semanas. Para los pocos que no conozcáis estas bicis, Canyon es una marca alemana cuya principal característica es que sólo venden directamente a través de su web, pudiendo ofrecer así unos precios realmente atractivos. 

La 9.9 SL es el tope de gama de la familia Nerve AL de 29. El cuadro es común a toda la gama. Tiene un precio de 2999€ a los que habría que añadir el envío y el embalaje (unos 50 euretes más). 

CON EL METRO EN LA MANO 

Aunque Canyon ofrece en su página una herramienta (PPS) para calcular tu talla, es conveniente tomar medidas para asegurarnos que la bici nos va a ir bien.

Este cuadro en talla M tiene un tubo horizontal algo corto (sobre todo si, como yo, vienes de bicis con una orientación más XC) y una potencia de tan sólo 8 cm. El resultado de estas características es una posición demasiado erguida que yo intenté paliar invirtiendo la potencia y poniendo dos de los tres espaciadores sobre esta. 

Con esta configuración, la posición sobre la bici se hace algo más pedaleadora, aunque una potencia un centímetro más larga hubiera estado bien. Otro aspecto a tener en cuenta de la geometría de la bici es su standover o la altura del cuadro. Algo más de 80 cm. para un cuadro de talla M hace que las “joyas de la corona” queden demasiado cerca del tubo en caso de tener que bajar de forma abrupta, corriendo su integridad física serio peligro. Además, al invertir la potencia, los mandos del cambio chocan con el cuadro, por lo que una caída puede tener fatales consecuencias. 

Otro dato llamativo es su ángulo de dirección. 70º en una bici de este tipo es un ángulo muy vertical. Sin embargo no he notado un manejo excesivamente nervioso. Supongo que, para mitigar la supuesta torpeza de las ruedas grandes se opta por un ángulo más vertical. El resultado para mi es óptimo. 

Poco más que decir del cuadro. Estéticamente es muy bonito y su pintura anodizada, elegante y resistente. Por cierto, el cable del freno trasero roza con el cuadro, llegándolo a marcar. Una pegatina protectora no vendría mal en esta zona. 

LAS SUSPENSIONES 

El sistema de suspensión es ya un clásico: cuatro puntos de giro y articulación Horst Link (vamos, un FSR de toda la vida). Nunca había montado en una bici con este sistema de suspensión. Sobre el papel, es uno de los mejores sistemas, muy sensible y que independiza completamente la suspensión de la frenada. Sin embargo esta sensibilidad se puede traducir, si no se pone remedio, en un molesto balanceo al pedalear. Donde otras marcas han ideado sistemas “inteligentes”, Canyon opta por lo que denominan Anti-Squat-Kinematics. La posición de los puntos de giro en interrelación con la fuerza que ejerce la cadena minimiza los movimientos.

En marcha el amortiguador apenas se mueve al compás de nuestras pedaladas mientras vayamos sentados incluso con el hidráulico en su posición más abierta. Pedalear de pie es otra historia. Ni con el amortiguador en la posición Climb se evita un molesto movimiento al pedalear. 

Me ha sorprendido su capacidad de absorción en cualquier circunstancia, ya sea en bajadas rápidas, zonas técnicas o subidas complicadas,  en las que la rueda se pegaba al suelo ayudando a no perder tracción. 

Tanto delante como detrás, se confía el funcionamiento de las suspensiones a Fox. Tanto el amortiguador como la horquilla son de lo mejorcito de los americanos y eso se nota en el resultado final. Ambas suspensiones cuentan con mandos remotos que hay que colocar con paciencia para que no interfieran con los mandos del cambio.

DECORANDO EL CAÑÓN 

Como suele ser habitual en Canyon, el montaje de esta bici es espectacular si lo comparamos con otras bicis de este rango de precio que se distribuyan por el canal habitual. La transmisión se encomienda a SRAM con un grupo mezcla de X9 y X0. Un tacto un tanto tosco en comparación a los componentes japoneses y una precisión excelente incluso en situaciones adversas (barro, agua, nieve, he tenido de todo durante esta prueba). Cuenta con un doble plato 24-38. Tenía la sensación de que estos desarrollos unidos a las ruedas de 29 iban a ser un lastre a la hora de subir grandes pendientes, pero todo ha sido acostumbrarse. Aún así, hubiese preferido el triple plato con desarrollos 40-30-22 que ofrece la competencia y que considero más acertado para un uso rutero. 

Los frenos han sido una de las grandes sorpresas. La verdad, viendo el montaje sobre el papel, parecían el componente más flojo, pero nada más lejos de la realidad. Los cuatro pistones por pinza junto a unos discos de 180 mm. tanto delante como detrás hacen que  la frenada de la Nerve sea muy potente, tanto que en la primera salida me vi clavando la rueda sin quererlo. 

Potencia, tija y manillar se confían a Ritchey. Para variar, se trata del tope de gama en aluminio, calidad y ligereza garantizada. Hay que adaptarse al ancho manillar de 72 cm., en alguna ocasión ha rozado con arbustos y árboles con el consiguiente susto… 

RUEDONES 

No, no voy a hablar del tamaño de las ruedas. Ese es un debate ya muy viejo, cada cual que piense lo que crea oportuno. Los ruedones a los que me refiero son a las magníficas Mavic Crossmax SLR. Ligeras y con un dulce rodar, facilitan mucho las cosas a la hora de acelerar esta bici. Me ha llamado la atención que las ruedas del modelo inferior (la 9.9 a secas) tengan un peso declarado por el fabricante menor. De todas formas, y viendo la tendencia que esta bici tiene hacia el Trail o el All Mountain, la elección más acertada sería montar las Crossmax ST, algo más pesadas pero bastante más resistentes.

Las cubiertas me han sorprendido por su comportamiento en situaciones de barro. A pesar de no contar con unos tacos muy altos, sí están muy separados y no acumulan el pringoso elemento. De agarre y tracción también andan a un nivel muy bueno.

Sin embargo, la debilidad de su carcasa (es un a cubierta ligera) no la hace especialmente fiable rodando por zonas complicadas. A pesar del aumento de peso que supone, soy partidario de montar tubeless “de verdad”. Total que más da medio kilo más si a mi me sobran bastantes más… 

A CAÑONAZOS POR EL MONTE 

Con la Canyon Nerve 9.9 SL podemos decir sin miedo a equivocarnos eso de que las apariencias engañan. Su recorrido de tan sólo 110mm, su ángulo de dirección y sus ligeras ruedas de 29 nos podrían hacer pensar que estamos ante una bici con un marcado carácter rutero y maratoniano. Sin embargo,  esta bici se defiende mucho mejor en terrenos complicados, ya sea subiendo o bajando, que ante interminables pedaladas por pistas y caminos en buen estado. La principal responsable de este comportamiento es una postura muy erguida sobre la bici, cómoda para pasar un buen rato sobre la bici pero que transmite la sensación de no aprovechar al máximo todo el potencial de nuestras pedaladas. 

Bajando por senderos llenos de piedras como puños la Canyon muestra un gran aplomo y transmite una gran seguridad. Pasa por encima de los obstáculos con pasmosa facilidad y mantiene la trazada marcada sin inmutarse ante lo que tiene debajo.

Si la bajada apenas tiene complicaciones, de lo único que te tienes que preocupar es de controlar la velocidad. Se embala con sorprendente facilidad y hay que andarse con ojo para no sobrepasar el límite. 

Subiendo por senderos llenos de piedras, raíces y escalones, el tamaño de sus ruedas unido a su sistema de suspensión facilita enormemente la tarea. Es en este tipo de subidas donde la Canyon se desenvuelve con más soltura, sobre todo si la pendiente es considerable. 

Sin embargo, en subidas pisteras, la posición no ayuda demasiado. Si llevamos un ritmo tranquilo, la bici se maneja con soltura, pero si queremos apretar un poco, nos falta espacio sobre la bici para llevar la postura adecuada. 

Concluyendo, se trata de una gran bici con un carácter más bien brutote, que te permite hacer casi de todo pero se maneja mejor cuanto más complicado es el terreno.

Para que fuera mi bici ideal, habría que hacerla un poco más larga y un poco más baja, montarla de serie con unas cubiertas tubeless de verdad. Aún así, si la bici responde a lo que estás buscando, difícilmente encontrarás en el mercado otra bici con este montaje por este precio. ¿Te apetece un cañón?

 

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