El italiano Omar di Felice e un ciclista de ultradistancia que acumula un palmarés que incluye grandes desafíos como la TransMongolia en pleno invierno, la TransAmerica, viajes árticos en bici, Alaska, o recientemente el viaje Lost in Iceland”, aventura de exploración invernal en Islandia. Como vemos, tiene una especial querencia por los retos que implican un desafío de temperatura. Y cuando hablamos de desafíos de este tipo, el Himalaya se pone en el punto de mira. Y en el Himalaya, el gran faro y símbolo es el techo del mundo, el Everest.
El anhelo por llegar a la base del Everest surgió años atrás, cuando, tras dejar el profesionalismo, Omar estaba reorganizando su vida. Di Felice ya se enfrentó de manera virtual al Everest, en su primer Everesting, es decir, ascender en un tiempo definido un desnivel acumulado de 8.848 m (la altura de la montaña más alta del planeta), que hizo con fines benéficos en pleno invierno de 2017 y en terreno alpino. Pero lo de ahora era definitivamente otro nivel. Se trataba de acercarse al “de verdad” y con la bici, hasta un lugar al que nunca se había accedido con la bici en temporada invernal. Se trataba, de hecho, de llegar al campo base del Everest en invierno, a una altitud de 5.364 m. Estamos hablando de un reto que ya supone un buen desafío en cualquier época del año, y sin bici… “El año pasado había cruzado en bicicleta el desierto del Gobi, una experiencia increíble que quería replicar también este año con la diferencia de que buscaba un camino que se desarrollara en vertical. Se me encendió la bombilla y dije: se podría ir a Nepal, cruzarlo y encontrar un lugar simbólico para completar la aventura".
Tras los preparativos, en plena pandemia Covid-19, finalmente el intento llegaba este año, y el 15 de febrero Omar, con todo montado en su Wilier, partía de Katmandú para realizar su sueño. De conseguir el reto, Omar iba a ser el primer ciclista en el mundo en cruzar el Himalaya en invierno y llegar al campo base del Everest en bicicleta de montaña, a 5.364 metros de altitud. Otros, como el malogrado sueco Goran Kroop, ya habían llegado al campo base del Evertest con su bici, pero lo hizo en primavera (y de hecho escaló después sin oxígeno el Everest).
Para superar su gesta el ultraciclista italiano tendría que recorrer en su bicicleta de montaña, en solitario, en modo bikepacking, llevando encima todo lo que necesita, los 1.294 Km que separan la capital de Nepal, Katmandú, y el campo base la montaña más alta del mundo, superando un desnivel acumulado de más de 33.000 m, y con temperaturas extremas.
Fue un trayecto para el que finalmente empleó 19 días, y tuvo que cruzar la región de Mustang, en la vertiente nepalí, la más seca y fría del continente asiático. “El Mustang es una de las áreas más remotas y frías del continente asiático. A veces, los caminos cubiertos de hielo me obligaron a maniobras arriesgadas. Cataratas y ríos congelados se fusionan con la tierra generando un espectáculo único…”. En su aventura, Omar también ha escalado los grandes pasos de montaña del Himalaya, desde el Kora La hasta el Thorung La, “el Thorung La fue uno de los puntos cruciales de mi aventura en Nepal. Son 5416 metros en el nivel del mar: nunca había ido tan alto y no sabía lo que me esperaba. La larga subida, casi interminable debido a los efectos de la altitud, me ha dado una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Yo, las montañas y mi bicicleta”.
El desafío no sólo se daba por el día y haciendo kilómetros. Las noches en albergues sin calefacción, con temperaturas de hasta 12 grados bajo cero también supusieron una extrema dificultad que puso a prueba la resistencia psicológica y física de Omar. “En los lodge, los pocos abiertos vista la temporada invernal libre de turistas y trekkers, temporada que dura al menos hasta mediados de abril según los datos oficiales nepalíes, no hay agua caliente. No hay estufas ni fuegos. Y las camas son tablas de madera. Lo que hizo extrema esta aventura fue precisamente las incómodidades y dureza de la vida después de largas jornadas pasadas pedaleando en los senderos himalayanos”.
LA ROPA, FACTOR CLAVE
Para este reto, Omar contó con el apoyo de la marca UYN, que creó un equipamiento especial para el ciclista, diseñado en AREAS (Academy for Research and Engineering in Apparel and Sport), el laboratorio avanzado de I + D de la marca italiana. El equipamiento estaba compuesto de ropa interior técnica como camisetas, mallas y calcetines, además de maillots y culotes tanto cortos como largos completado con chalecos y chaquetas que configuran hasta tres niveles térmicos según las necesidades. "En Mustang encontré con ráfagas de viento muy intensas y temperaturas que oscilaban entre los 10 y los 17 grados bajo cero. Pero, en los valles de Katmandú las temperaturas eran veraniegas, de hasta 35 ºC”, explicó el ultraciclista italiano. “Creo que es el reto con mayor diferencia térmica que he realizado – continuaba di Felice- pero nunca me he encontrado empapado de sudor o soportando un frío intenso y eso es porque el sistema de transpiración, secado y ventilación entre capas de UYN realmente funciona muy bien”.
Este reto tenía que terminar en un lugar simbólico, y lo hizo en uno de los lugares más míticos del planeta: el Campo Base del Everest. “El Everest es una montaña mítica donde se respira historia, en la que se han culminado las mayores expediciones del mundo y donde te quedas boquiabierto ante la enorme cascada de hielo, Khumbu, en la cara Norte” reconoce Omar.
"Probablemente es la aventura más completa que jamás haya hecho -continuaba di Felice- porque además de ir en bicicleta de montaña también tenía que cargármela a la espalda, caminar con las zapatillas de ciclismo, soportando el frío extremo del Himalaya en invierno y durmiendo en albergues sin calefacción. Estas dificultades han hecho más grande mi aventura”.
Aquí puedes ver el recorrido completo en el Komooth de Omar di Felice
