Seguro que a raíz del último escándalo de presunto doping tecnológico declarado por la UCI en los pasados Campeonatos del Mundo de ciclocross, en donde una corredora sub23 belga, Femke van den Driessche, fue acusada de tener montado un motor en una de sus bicis, la web de Vivax Assist estará echando humo. Rápidamente esta empresa austriaca se ha puesto en el punto de mira, ya que ofrece desde hace años un motor eléctrico alojado en el tubo del sillín.
En realidad, desde su propia invención la suspicacia ya estaba disparada, y no es la primera vez que hay acusaciones al respecto, siendo tal vez la más memorable la que presuntamente explicaba el gran rendimiento de Cancellara en el Tour de Flandes y Paris Roubaix de 2010
En realidad los primeros diseños Gruber Assists eran bastante ruidosos, lo que hacía más difícil la interpretación conspirativa:
Pero una vez la compañía pasó a ser comercializada como Vivax, fue perfeccionando los diseños, que hoy parecen más silenciosos:
Hoy en su catálogo ofrece bicis de carretera, trekking, y también varios modelos de mountain bike, como esta doble de ruedas de 27,5, todas ellas con el motor instalado y la batería externa, colocada bajo el sillín en una bolsa bien visible.
En efecto la batería sigue siendo bastante voluminosa, lo que obligaría a cualquier marca o mecánico que quiera “hacer trampas” en competición, a cierta destreza o desarrollo tecnológico para alojar la batería en un lugar invisible, una batería que tendría que ser menos voluminiosa.
Sea como sea es algo tecnológicamente viable, nunca para llevar una batería que sumunistrase potencia durante largo tiempo (eso requeriría una batería voluminosa), pero sí tal vez para momentos puntuales en una competición donde los 200 watt de apoyo podrían ser cruciales. Y además en este caso es la propia UCI la que ha tomado cartas en el asunto, así que la sospecha está en el aire y más firme, y ya se ha anunciado más vigilancia, más controles en bicicletas.
Por ahora hay varios aspectos que podrían resultar “reveladores” de la trampa:
-La bici ha de tener un diseño compatible donde se pueda alojar la batería, como un tubo diagonal suficientemente ancho. Alojarlo en un bidón, por ejemplo, es otra opción, pero se antoja “arriesgada”.
-También hay que colocar el mando de encendido en un lugar no visible, aunque para esto un mecánico diestro tal vez podría imaginarse una solución.
-Y está el ruido que hace el mecanismo, que es difícil de ocultar del todo en una bici, con muchos elementos de resonancia.
-Además hoy por hoy supone un peso extra evidente. De serie el kit Vivax supone un aumento de peso de casi 2 Kg. Se podría reducir con una batería menor, pero es un peso extra que podría destacar en cualquier pesaje de una verificación técnica.
Más allá de la polémica, Vivax Assist es un diseño interesante como bici eléctrica para un usuario no competitivo, como decimos hay varios modelos de mountain bike con el “invento” integrado, y el kit también se puede conseguir para montarlo en otra bici, por 2.699 €. Más datos en su web: www.vivax-assist.com