Vivimos tiempo un poco “locos”, o más locos que nunca mejor dicho, en cuanto a lo que se refiere al material para nuestras bicis. Tenemos multitud de categorías entre las que elegir, muchas de ellas pisándose unas a otras como ocurre con el Down Country y el Trail, o con el Cross Country y el Down Country. Y rizando el rizo aún más, también podemos encontrar similitudes entre el Cross Country y el Gravel… sí, ¡el Gravel! No en líneas generales, pero sí en aspectos muy concretos. Y uno de ellos son los neumáticos. Al menos, esa es la idea que ha rondado la cabeza de Victor Koretzky en la prueba de la Copa del Mundo en Nove Mesto, donde ha competido en el Short Track con un modelo específico de Gravel, los Specialized Pathfinder Pro…


Y con ellos ha ganado la carrera. Una idea que nos recuerda -aunque solo sea un poco- a la icónica imagen de John Tomac con el manillar curvo de carretera en una bici de montaña.
El Pathfinder tieneun peso de 575 g en versión de 47 mm, en MTB no existen configuraciones tan rápidas
Este modelo tan específico para un uso mixto entre pistas de tierra bien compactadas y asfalto, con una banda de rodadura completamente lisa y unos laterales con tacos muy pequeños, (pero al menos con algo de taco, frente a la versión S-Works que principalmente está rayada), a priori no debería de ser la mejor de las ideas para usar en un tipo de competición en el que en todo momento se rueda al límite el material, con aceleraciones constantes y con apoyos muy fuertes en las curvas.

El Pahtfinder PRO 2Bliss ready es un neumático con un peso inferior a los 600 g (575 g anunciados por la marca) en la versión de 47 mm y con compuesto T5 similar al que se usa en otros muchos modelos de Mountain Bike de la marca. Koretzky ha podido utilizar la versión de 42 mm de ancho o la de 47 mm, al parecer por la forma que dibujan sobre la llanta Roval Control SL Team -con un ancho interno de 29 mm- tan redondeada y uniforme. Estos 47 mm se abrirían así un un poco más, ofreciendo unos milímetros extra de contacto con el terreno, y con un peso de las ruedas de 1.187 gramos, se convierten en todo un truco para ganar velocidad en este tipo de carreras.

El circuito checo contaba con un firme muy compacto y regular prácticamente en todo el recorrido del Short Track, sin tramos de roca técnicos como si posee el trazado de XC. Y además las lluvias de los días previos a la carrera habían dejado el terreno en condiciones muy buenas de agarre. Koretzky lo supo ver, y aunque su apuesta fue un tanto arriesgada, le sirvió para imponerse en la recta de meta en un sprint contra su compañero Blevins, Thomas Litscher o contra el especialista de la modalidad Luca Schwarzbauer. ¿Veremos más apuestas de este tipoa partir de ahora?