El flirteo de merida con el segmento del enduro culminó sus esfuerzos y su entrega hace ahora justo un año, recogiendo como fruto la one sixty. Su discreta puesta en escena escondía una bicicleta revolucionaria, desarrollada prácticamente desde cero y con el objetivo de cubrir las necesidades de los usuarios que no se amilanan ante caminos aparentemente imposibles. Pero no es la primera bicicleta de la marca taiwanesa orientada a esta filosofía del Mountain Bike venida a más y que parece va a ser la gran apuesta en 2013, con la inclusión por parte de la UCI de un circuito de pruebas Enduro a nivel mundial.
La One Sixty no es la primogénita de las Enduro de Merida, ya contaban con la incomprendida One Five, una bici con 150 mm de recorrido y un sistema que independizaba la pinza del freno del resto de basculante, una máquina que se adelantó a que los grandes recorridos de suspensiones empezaran a abrirse un ancho camino entre los usuarios y que, eclipsada por la corona que Merida poseía en el sector del Rally, se vio obligada a desaparecer. Pero más allá de la One Five, Merida tiene una cuantiosa trayectoria en la fabricación de bicis de grandes suspensiones, con su sub-marca UMF (desde 2012 más integradas en el catálogo e identidad de Merida), a la que pertenecen las bicis de Freeride y Descenso, con recorridos desde 170 mm hasta 210 mm.
NUEVA ERA
El primer vistazo por encima de la One Sixty ya despierta la curiosidad, se nota que a la hora de diseñar la bici no han hecho crecer en recorridos y suspensiones otro modelo del catálogo, sino que han partido de un folio en blanco para construir una montura completamente nueva. Todos sus ángulos a priori parecen correctos para el uso al que están destinados: el tubo de sillín vertical para ubicanos en el punto en que nuestras piernas entregan más potencia, la dirección tumbada para enhebrar la rueda delantera en el punto exacto cuando descendemos rozando nuestros límites. Una dirección con su justa medida para no descompensar el reparto de pesos, el tubo superior ni largo ni excesivamente corto... Todo está en el sitio en que nosotros hubiéramos pedido.
BUENOS ASESORES
Los tres modelos que Merida ha puesto a la venta comparten el mismo cuadro, con la posibilidad añadida de poder adquirir el cuadro suelto. Este combina en sus tubos la tecnología del hidroformado con el triple conificado, y su estructura parte de un triángulo simple al que le han añadido un tirante entre tubo de sillín y tubo principal para hacer de apoyo a la pletina que empuja al amortiguador. Aunque las dimensiones de los tubos no son especialmente grandes, la rigidez general es bastante elevada. Las dos grandes bieletas están ambas construidas de una pieza, y éstas si destacan por su grosor y aspecto robusto. El cableado de la One Sixty es interno e incluye la guía para la tija telescópica RockShox Reverb Stealth. A nivel de componentes, Merida no se ha andado “con medias tintas” y ha apostado por primeras marcas. Las ruedas son las Mavic Crossmax SX, con un muy buen compromiso entre rigidez y ligereza. Llama la atención el disco delantero de 203 mm de diámetro, casi exclusivo de las bicis de descenso; junto a la potencia del freno Shimano XT, la frenada del tren delantero llega a ser brusca, así que es aconsejable tantear en las primeras salidas el freno delantero con cautela.
Las suspensiones Fox pertenecen al nivel intermedio de la marca americana, la gama Performance. Poseen la regulación CTD, y en su horquilla, a diferencia de otros modelos que hemos comentado anteriormente, al mover la palanca entre sus tres posiciones sí notamos una gran diferencia en su compresión y por tanto en su dureza y velocidad. Transmisión Shimano Deore XT al completo, con pedales Deore XT Trail incluidos, y guíacadenas Truvativ. Además, el set de potencia-manillar ha sido encomendado a Gravity (marca propiedad de FSA) y a su gama Light, diseñada para bicis de este tipo, “brutas” pero con capacidad para rutear.
Todo este compendio de marcas renombradas y de calidad contrastada hace elevar el precio final de la One Sixty un poco por encima de modelos de similares características de marcas de la competencia, marcas que emplean componentes de marcas propias o de menor calidad para ajustar el precio.
SPECIAL K
La suspensión trasera de la One Sixty se identifica con las siglas VPK (Virtual Pivot Kinetics), que es simplemente un sistema de pivote virtual con características similares a otros como el VPP de Intense y Santa Cruz, el Maestro de Giant o el Zero de Mondraker, por citar algunos. Aunque el VPK de Merida tiene sus rasgos propios, en primer lugar por la ubicación del amortiguador, empujado contra el tubo principal, y en segundo lugar por su comportamiento sobre el terreno. Frente a la extrema linealidad de suspensiones que cada día es más frecuente encontrar en muchas bicis de Enduro (e incluso de Rally y All Mountain), el VPK es progresivo. Por ese motivo, una de las primeras sensaciones que nos transmite es de ser menos “tragona” que otras bicis de 160 mm, aunque a la hora de la verdad esto no sea así. Un sistema menos lineal como el de esta Merida tiene sus ventajas, como que el pedalier no baja tanto (y pasamos de una forma más limpia las subidas trialeras) y que podemos hacer el bruto en los saltos y cortados con tranquilidad de no hacer topes con facilidad.
Otra característica que nos ha gustado mucho es el compromiso entre efectividad de pedaleo y capacidad de tragarse los obstáculos que nos envía la madre naturaleza para nuestro disfrute. Pedaleando apenas se mueve, de hecho casi no hemos empleado la posición “Climb” de su amortiguador, solo en asfalto. Incluso en posición abierta el movimiento es pequeño para tratrse de un recorrido bruto de 160 mm. La compresión del Fox Float está ajustada de fábrica con dureza firme (“F”), lo que repercute en que se pedalee muy bien, aunque ello resta un poco de sensibilidad inicial. Nosotros hemos probado a llevar un sag elevado (30%) y mejora su sensibilidad y su tracción en subidas complicadas, y al ser un sistema progresivo, no hemos de afrontar los descensos con miedo de hacer topes en el recorrido de su suspensión trasera.
¡AL ATAQUE!
La Merida supera los 14,4 kg con pedales, por lo que cabe esperar que no es especialmente rápida. No es un peso descabellado para una bici de Enduro, tampoco es ligera, aunque a la hora de dar pedales, se nota algo más lenta debido a las gomas Schwalbe Fat Albert que monta. Sus tacos grandes y blandos nos mantienen literalmente pegados al suelo, y aunque son obvias las ventajas en los descensos, el resto del tiempo nos obliga a llevar un lastre algo incómodo. Además, con ellas hemos pinchado en la primera salida al realizar las pruebas, sin circular por terrenos sucios o excesivamente exigentes. Ya hemos alabado su buen comportamiento a la hora de pedalear sobre ella, por lo que los usuarios con pretensiones más ruteras se pueden encontrar a gusto realizando un montaje más ligero con el que poder pedalear durante muchas horas. La posición del cuerpo queda adelantada, bastante, por lo que en las subidas no tenemos la sensación de hacer “el caballito” con la rueda delantera. Además, el TALAS, que reduce el recorrido de la horquilla hasta 120 mm, hace que los largos tramos de ascenso hasta el comienzo de las bajadas “endureras” se hagan mucho más llevaderos al bajar la parte delantera en su recorrido más corto.
El conjunto que forman el basculante, las grandes bieletas y las ruedas Mavic, llama la atención cuando miramos desde la posición de conducción. A la vista es robusto, y a la hora de bajar entregándonos, se confirma su solidez. El peso queda bajo gracias a la construcción del sistema, con las bieletas en la parte baja, y además, una de las ventajas de la ubicación del amortiguador es que accedemos a él fácilmente, sin tener que adoptar posturas de equilibrista. Una vez abierto y pasando por los peores caminos que conocemos, nos gusta el aplomo general de la bicicleta y la facilidad para seguir la línea que hemos marcado, pese a las piedras que intentan desviarnos.
El resultado final es muy satisfactorio en prácticamente todos los terrenos, quizás solo pediríamos rebajar el peso final, ya que para quienes quieran competir en Enduro, el peso extra resta algo de agilidad. Además, para ser la primera bici de Enduro de Merida enfocada a los circuitos actuales de esta modalidad, han realizado una buena elección de geometrías y de comportamiento de suspensiones.