Es más habitual de lo que puede parecer: muchos deportistas asocian erróneamente que perder grasa corporal debe, necesariamente, comportar una pérdida de peso y se obsesionan con la báscula.
Perder grasa, mientras entrenas
En deportistas o ciclistas como es nuestro caso, puede ocurrir que, durante los primeros meses de entrenamiento del año, nos sometamos a una mayor disciplina, tanto en los entrenamientos, que incrementan su volumen e intensidad, como en la dieta, que se controla para contener el peso corporal o incluso reducirlo. De esta manera, incrementamos el gasto calórico mediante el entrenamiento por un lado y limitamos la ingesta por otro si llevamos cierto control en la dieta.
Con este escenario, lo que muchos deportistas esperan es que inmediatamente se produzca una pérdida de peso, sin embargo, se suben a la báscula y observan sorprendidos como no pierden peso, sino que lo mantienen o en algunos casos, lo pueden aumentar.
Esto ocurre, sólo en población deportista activa, por una cuestión muy sencilla. Puede suceder que en la fase de entrenamiento en la que se encuentre el ciclista en cuestión se esté dedicando un tiempo y esfuerzo importante al entrenamiento de alta intensidad o también al entrenamiento de fuerza y por tanto, se esté estimulando en alguna medida el crecimiento muscular. Si esto ocurre, las ganancias en masa muscular pueden contrarrestar las pérdidas por disminución de grasa y el resultado es un mantenimiento del peso corporal.
El músculo pesa más que la grasa
Hay que tener en cuenta, además, que el músculo es más denso que la grasa y para un mismo volumen de músculo y grasa, el primero tiene un mayor peso. Esto explica por qué un ciclista puede verse más fino y con menos grasa, pero al mismo tiempo observar el mismo peso en la báscula, a pesar de tener la sensación de estar haciendo una dieta un poco restrictiva calóricamente.

Lo importante es la composición corporal
En rendimiento deportivo, especialmente si no es el del más alto nivel, lo más importante es la composición corporal. Es decir, para un ciclista aficionado debería ser fuente de preocupación la composición corporal y no tanto el peso de su cuerpo. Obviamente, un deportista con poca materia grasa tendrá un peso corporal contenido, lo que le ayudará en la práctica deportiva del ciclismo, por mejorar el ratio vatio/kilo, pero no por tener el menor porcentaje de grasa posible va a tener el menor de los pesos corporales, dependerá de su cantidad de masa muscular, pues si tiene, por ejemplo, unos cuádriceps prominentes, tendrá una cierta penalización en la báscula. De todos modos, la masa muscular en las piernas supone tener tejido que contribuye al rendimiento en ciclismo, pues presumiblemente ayuda a ejercer más fuerza y potencia sobre los pedales. No te fijes sólo en el peso, comprueba también cuál es tu composición corporal, tu porcentaje de grasa y músculo.