Desde que supimos de la existencia de los auriculares de Aftershokz, que utilizan la transmisión o conducción ósea como alternativa a los auriculars convencionales, quisimos ponerlos a prueba. Con la noticia de la distribución por parte de Lenubu nos pusimos en contacto con la distribuidora gallega que amablemente nos hizo llegar una unidad de Trekz Titanium, uno de los dos modelos que ahora mismo ofrece la marca (el otro, Trekz Air, es un poco más ligero, y más caro).
El embalaje incluye los auriculares (disponibles en 5 colores, a nosotros nos llegaron los negro/gris, y también en una talla más pequeña), el manual, una funda para el transporte, el cable de carga (micro USB a USB), unos accesorios de silicona para una mejor adaptación para cabezas más pequeñas (a nosotros no nos hicieron falta), y unos tapones para los oídos si quieres utilizar los auriculares en ambientes ruidosos , como en el tren o en el avión, y así aislarte del exterior.
Lo primero que hay que hacer es cargarlos, mediante el cable a un PC (no se suministar cargador a red eléctrica), y se cargan al completo en aproximadamente una hora y media, tal como se indica en las especificaciones de la marca.
La autonomía declarada es de 6 horas de uso. Nosotros hicimos tres salidas en bici con ellos de hora y media y en efecto seguían cargados, además de utilizarlos en la oficina y dejarlos encendidos una jornada completa... y seguían con carga. La autonomía declarada en espera es de 10 días, pero no llegamos a comprobarlo. Echamos en falta un piloto que nos indique si están encendidos o apagados, si bien esto aumentaría el consumo y reduciría la autonomía.
Se trata de unos auriculares wireless Bluethooth 4.1, con un alcance de hasta 10 m a la fuente de sonido, así que tienes garantizado que desde tu smarthphone va a llegar la señal.
En cuanto a sus funciones de manos libres, tras el aviso de llamada al movil puedes descolgar pulsando el botón más accesible y grande, en el auricular izquierdo, y está muy conseguido el sonido emitido de voz, mediante dos micros a ambos lados, lo que permite cancelación de ruido ambiente.
Su diseño es de diadema por la nuca, no se hacen pesados y su ergonomía es buena, y no interfieren con las gafas o casco si bien si usas coleta baja si que pueden moverse en giros y movimientos de cabeza con el casco puesto. Cuando llevas unas horas, al ser auriculares de contacto directo, pueden acabar siendo molestos, pero esto no es diferente a unos auriculares convencionales.
Y yendo a lo que más nos interesa, ¿cómo se oye? Pues es sorprendente. La primera sensación “en parado” es extraña, precisamente al no aislarte del entorno, pero eso es precisamente lo que se busca, y es lo que vamos a agradecer cuando nos subamos a la bici.
Los auriculares utilizan la conducción ósea esencialmente para el componente de frecuencias más medias y graves del sonido, y están diseñados para complementarse con la llegada directa de sonido al oído de la parte más aguda del espectro sonoro. Es decir, si te tapas los oidos, escuchas la música con menos brillo (si bien decentemente equilibrada). Tienen mandos de volumen en el lateral derecho, que puedes combinar con el volumen de salida del smartphone, y hay dos modos de ecualización, si bien el modo brillante nos parece demasiado agudo y con poco "cuerpo".
En bici en efecto cumplen su cometido, nunca pierdes la sensación de la música y escuchas el tráfico y el entorno. Desde nuestro punto de vista alcanzan su mejor funcionamiento a volúmenes moderados. A volúmenes muy altos hay dos inconvenientes: por una parte, si bien los auriculares no van directamente al oído, siguen utilizando el sentido del oído, así que si los pones a mucho volumen acaban también distrayendo del entorno. Por otra parte, a partir de cierto volumen, las vibraciones que trasmiten vía ósea las frecuencias graves de la música empiezan a transformarse en un cosquilleo que puede llegar a ser molesto.
En cierto modo relacionado con esto opinamos que los Trekz Titanium funcionan mejor con géneros como el pop, el rock o el folk, y no tanto con la musica electrónica y de baile, géneros en los que la transmisión de los graves y el volumen es un componente importante de las sensaciones que buscamos.
En conclusión, son una buena solución para montar en bici escuchando música manteniendo el contacto con la realidad y así una mayor seguridad. No escucharás la música como con los mejor auriculares hifi, pero las sensaciones son buenas, podrás disfrutar de las dos pasiones, música y bici, al mismo tiempo. Sí hay que advertir que se encuentran en un limbo legal en cuanto a su uso con la bici. La circulación en bicicleta por tramos abiertos con auriculares no está permitida, y la ley no contempla esta nueva modalidad de auriculares por conducción ósea.
Aquí están sus datos técnicos:
-Audio por conducción ósea
-Construcción en plástico flexible
-Conectividad Bluetooth 4.1 (hasta 10 metros de alcance)
-Certificación IP55: resistencia al sudor, polvo y humedad, no sumergibles
-Hasta 6 horas de batería, 10 días en espera
-Carga completa en 1 hora y media
-Doble micrófono con cancelación de ruido
-Respuesta de frecuencia: 20Hz ~ 20KHz
-36 gramos de peso
-PVP 109,95€