A la hora de comprar una bici de niño para una edad específica, es frecuente pensar que se le quedará pequeña muy pronto y que será desperdiciar el dinero; pero no es agradable ni seguro ver a nuestro hijo montando en una bici demasiado grande o inadecuada para él, en la que no llega bien al suelo, con desarrollos excesivos, manetas de cambio y freno demasiado grandes o con un tacto muy duro… Antes de escribir la carta a los Reyes Magos con el modelo exacto, es recomendable guiarnos por una serie de consejos y reflexionar un poco:
1. Un mínimo de calidad
Lo que diferencia un producto de juguetería de otro de una marca específica de ciclismo o deporte, es que los segundos llevan rodamientos de mayor calidad en los ejes de las ruedas además de emplear materiales más resistentes. Las ruedas muy anchas de plástico son desaconsejables, ya que dificultan el equilibrio del niño y su agarre es muy bajo.
2. Evalúa el crecimiento de tu hijo
Cada niño crece a un ritmo dentro de unos márgenes, por lo que conviene conocer si su talla y su ritmo de crecimiento tiende a ser superior a la media o inferior, para acertar con el tipo de bici que le compramos. El “ya crecerá” puede saldarse con un par de años con una bici demasiado grande y peligrosa.
![¿Qué bici le compro a mi hijo?](/uploads/static/mountainbike/upload/images/gallery/5dde92fb0de6945d723493d6/5dde96a90ee6948355349427-que-bici-le-compro-a-mi-hijo.jpg "¿Qué bici le compro a mi hijo?")3. ¿Dudas con la talla?
Si no lo tienes claro, en niños, al contrario que en adultos, necesitan llegar bien al suelo desde el sillín con ambos pies. Además, fíjate en que al bajarse del sillín, quede una separación de 2 ó 3 centímetros como mínimo entre su entrepierna y el tubo superior. El manillar, mejor a la altura de los hombros, muy alto o muy bajo le dificultará el control.
4. No siempre más es mejor
Aunque una transmisión con muchas velocidades pueda parecer una ventaja, para un niño puede suponer una complejidad innecesaria para un uso recreativo, además añade peso. Si ya tiene y ves que el niño se confunde con ellos o aún no los necesita, puedes “bloquearla” hasta que esté preparado, eligiendo un desarrollo llevadero y restringiendo el movimiento del cambio con los tornillos que hacen de tope.
5. El tipo de mando
Si optas por una bici con cambios, mucho mejor si el mando es de tipo giratorio, más sencillo e intuitivo para el niño. Fíjate también que su accionamiento sea suave en ambos sentidos, para subir y bajar coronas.
6. Suspensiones
Con las suspensiones, es frecuente encontrar horquillas con un funcionamiento tan duro que no aportan ventaja alguna más allá de la estética, solo un lastre de peso. Comprueba si es suave o muy dura antes de adquirirla, ya que a veces una horquilla rígida cumple la misma función y nos ahorra algo de peso y dinero. Si la lleva y te gusta la mecánica, puedes desmontarla y buscar unos muelles más blandos.
7. Adaptada
Asegúrate de que los componentes están completamente adaptados al tamaño y fuerza del niño en lugar de ser componentes de adulto “reciclados”. Observa las manetas de freno, que sean cortas y de accionamiento suave, con los cables cortados a la medida en lugar de hacer giros innecesarios. Si al niño le cuesta frenar por no poder flexar bien los dedos, la maneta debe poder acercarse al manillar con el tornillo de regulación. Y los puños, blanditos y estrechos, algunos son muy duros y con relieves que incomodan al niño y además no les resulta nada atractivos.
![¿Qué bici le compro a mi hijo?](/uploads/static/mountainbike/upload/images/gallery/5dde92fb0de6945d723493d6/5dde96a90de694b872349401-que-bici-le-compro-a-mi-hijo.jpg "¿Qué bici le compro a mi hijo?")8. Cubrecadenas
Se trata de un accesorio imprescindible para niños pequeños. No necesitan tener un susto enredando su ropa con la cadena. Ten en cuenta los adornos, para ellos serán tan interesantes como para ti llevar en tu bici el último modelo de suspensión o ruedas.
9. Que no falte el casco
Por último, acuérdate de comprarle también un casco de su medida (el tuyo que ya no usas no le servirá) y enséñale que es imprescindible, como el cinturón de seguridad de los coches. Y cada vez que sagas con él, dale ejemplo llevándolo tú también puesto.