Herramientas
Las herramientas son sencillas, y comunes en cualquier casa o taller. No lo indicamos porque no es fundamental, pero el alcohol isopropílico sería un buen aliado contra la suciedad:
- Kit Shimano. El embudo de Shimano facilita la extracción de burbujas de aire.
- Alicates. En algunos modelos de frenos no serán necesarios.
- Aceite mineral Shimano. Hay otras marcas, pero Shimano sólo garantiza durabilidad y buen funcionamiento con la suya.
- Llaves Allen. Siempre son necesarias, en diversas medidas según la operación a acometer.
- Cepillo. Daremos nueva vida a un cepillo antiguo, muy útil para raspar la suciedad más adherida.
Paso a paso
En esta mecánica te vamos a dar una de las claves para mantener el estado de forma de tus frenos de disco: la limpieza. Si realizas esta sencilla operación 3-4 veces al año, te aseguramos que prolongarás el momento de la visita al taller para una revisión profunda, aunque ojo, esto no implica que no surjan otros problemas que te obliguen a pedir cita. Se trata de mantener limpios los pistones de freno, las pastillas y los discos. Durante la frenada se desprenden desechos que lo impregnan todo; ahora súmale el polvo y un simple remojón pasando un charco, y ya tienes una mugrienta argamasa lista para incordiar. Se acumula por todas partes, en especial alrededor de los pistones y, con el tiempo, llegan a dificular del movimiento de estos, finalizando en un tacto de frenada pésimo e irregular. De forma paralela van apareciendo burbujas en el interior, que restan espacio al líquido (en este caso aceite) en la maneta. No suelen dar muchos problemas (el sistema está preparado) pero cuando se supera un volumen el aire comienza a introducirse en el circuito, perjudicando el tacto y la frenada. Es mejor anticiparse y no esperar a que los problemas aparezcan y, como es tan sencillo, extraer el aire cada 3 meses, más o menos. Vamos primero con la limpieza.
1. Para trabajar con más comodidad, quitamos la rueda.
2. Localiza la chaveta que asegura las pastillas y endereza la punta con los alicates para poder extraerlo.
3. Las pastillas quedan libres. Sácalas, por la parte inferior en este caso.
4. Es ideal utilizar alcohol isopropílico para deshacer la suciedad. Si no tienes, utiliza un limpiador específico o agua con jabón.
5. Llega la hora de raspar lo más adherido, primero con el cepillo y luego con un trapo o papel.
6. Las pastillas también guardan mucha guarrería, que el alcohol se encarga de eliminar.
7. Los discos de freno siempre parecen relucientes, pero sorprende lo que se puede acumular en sus agujeros, suciedad que acaba por infectar las pastillas. A limpiar también. Después ya puedes montar la rueda de nuevo.
8. Vamos a sacar esas burbujas que pueda haber en las manetas. Primero colócala en horizontal y retira el tornillo de purga.
9. Rosca el embudo de Shimano, a mano y sin apretar demasiado. Luego llénalo un poco y retira el tapón central.
10. Bombea, simulando frenadas rápidas y seguidas. Verás cómo la presión ejercida en la maneta empuja algunas burbujitas al exterior.
11. Cuando dejen de salir el proceso ha acabado. Pon el tapón al embudo antes de desenroscarlo si no lo quieres poner todo perdido.
12. Cierra la maneta con el tornillo. Revisa la pequeña junta de goma, y si está deformada o presenta algun corte sustitúyela para garantizar un buen sellado.