La natación es un deporte que se complementa muy bien con el mountain bike, ya que compensa muscularmente el trabajo de las piernas en la bici con el trabajo de los brazos en la piscina, en especial la musculatura dorsal, lo cual es muy positivo para compensar la posición que llevamos en la bici. Además, al no haber nada de impacto, la posibilidad de lesionarse es muy remota.
ALGO MÁS ESPECÍFICO
Además de hacer largos a los diferentes estilos, hay un ejercicio muy interesante para el ciclista que implica también a la musculatura de las piernas. Es una combinación entre la carrera y el pedaleo. Se realiza colocándose en una posición casi vertical, un poco inclinados hacia delante. Además de ir moviendo las piernas como si estuviésemos pedaleando, nos podremos ayudar con los brazos para avanzar, haciendo una especie de brazada de braza. Si resulta muy cansado, se puede facilitar con un cinturón de flotación o con un churro (esos flotadores largos de colores que llevan los niños) colocado por delante del pecho.
Ahora bien, la transferencia que hay de la natación al ciclismo es más bien baja. Por transferencia nos referimos a la capacidad de una actividad para crear mejoras en otra, es decir, plantearnos si entrenando un deporte va a suponer que mejoremos también en otro. Gran parte de las mejoras que conseguimos entrenando se consiguen a nivel local, es decir, en los músculos que más se implican en el gesto deportivo. En el caso del ciclismo, son los músculos del tren inferior los que más entrenados van a estar. Como cuando nadamos las piernas hacen un trabajo pequeño y sobre todo muy diferente a la pedalada podemos decir que aunque nademos muy rápido y mejoremos en la piscina esto apenas se va a manifestar cuando nos subamos en nuestra MTB. Por ejemplo, entre la carrera a pie y el MTB sí que hay una transferencia más directa, ya que en ambos deportes usamos las piernas principalmente.
Si queremos tratar de conseguir la máxima transferencia de la natación a la bici, aunque sea de forma un poco teórica, podríamos tratar de hacer las sesiones de natación enfocadas hacia un trabajo más de piernas que de brazos. Para ello, y ayudándonos de algo de material podríamos hacer más largos solo con trabajo de piernas, ya sea con patada de crol, espalda o braza. Aparte, es muy recomendable el ejercicio de “pedaleo acuático" que hemos comentado anteriormente. A pesar de todo lo comentado relacionado con la transferencia entre la natación y el ciclismo, desde estas líneas te animamos a que sigas nadando todo lo que puedas, ya que es un ejercicio muy saludable para mantener un tren superior fuerte y compensado que te ahorrará muchos dolores de espalda en el futuro.
Texto: Yago Alcalde. www.ciclismoyrendimiento.com
