Ahora en verano el calor es una cuestión que debes controlar con atención, pues cuando la temperatura ambiente empieza a ser más alta que la de tu cuerpo (37ºC) este entra en situación de riesgo.
Por ese motivo vamos a darte tres trucos sencillos con los que podrás contrarrestar en cierta forma el aumento de temperatura corporal en competición o en marchas de larga distancia, circunstancias en las que más exposición puedes tener al calor durante el verano.

1. Usa hielo
Dentro de una bolsa, o en una media, para colocartelo de manera cómoda en la parte superior de la espada, por dentro del maillot. En ese lugar, unos cuantos cubitos de hielo cerca de las cervicales pueden contribuir a reducir tu temperatura corporal. El motivo es que el hipotálamo, el centro regulador de la temperatura de nuestro cuerpo entre otras funciones, se encuentra cerca de esta zona, concretamente en la base del cerebro, así que enfriando esa región alta de la espalda podemos enfriar el hipotálamo experimentando un alivio generalizado, en todo el cuerpo, en cuanto a su temperatura.
Otro uso interesante del hielo puede ser introducirlo en el interior de tus bidones o mochilas de hidratación, para mantener por un tiempo el agua más fría y que contribuya en cierta manera a un mejor control de tu temperatura corporal, además de la hidratación. En este sentido, usar bidones térmicos, que conservarán más tiempo el agua fría en lugar de los convencionales de plástico puede ser interesante.
2. Ropa clara y transpirable
Es muy obvio, pero a menudo olvidamos que el color blanco es el que más nos proteje de las altas temperaturas pues apenas la retiene. Un casco o ropa de este color puede contribuir a que mantengamos una temperatura en el cuerpo significativamente inferior que con prendas negras u oscuras, que absorben y retienen más temperatura y por tanto, suponen en sí mismas un foco de calor muy cercano o en contacto con nuestra piel.
El tejido también es otro aspecto a cuidar en este sentido, Intenta que sea poroso, de rejilla y en todo caso, muy transpirable, para permitir la evaporación del sudor y procurar una mayor refrigeración de la piel.
3. Mantén una velocidad alta
Otras de las estrategias, sencillas pero eficaces, que puedes seguir para evitar en la medida de lo posible el calor de este verano es elegir aquellas rutas que te permitan llevar una velocidad promedio más elevada. Para ello, evidentemente, deberás evitar rutas con desnivel o con subidas importantes, donde inevitablemente rodarás más despacio, situación en la que notarás más los rigores de las altas temperaturas.
La sensación térmica cuado se rueda a cierta velocidad cambia significativamente a la que tenemos, con la misma temperatura ambiente, pero rodando más lentos. Pedalear a 35ºC desplazándote a 5 km/h es mucho más agobiante que hacerlo a la misma temperatura, pero a una velocidad de 20 km/h, simplemente por la acción de aire.