En plena reforma de todos sus modelos de doble suspensión, la Neuron era la última en renovarse, hasta la llegada de la nueva Strive de enduro. Y no lo ha hecho porque el rendimiento del modelo previo tuviera muchas pegas. Tal ha sido la evolución de la marca en los dos últimos años en materia de tecnologías, detalles y diseño, que era el momento de introducirlas en este modelo “Best Seller” de la marca.
DETALLISTA AL POR MAYOR
No es habitual empezar un test por los detalles del cuadro, pero es que en el caso de la Neuron se hace casi imprescindible. Una de las primeras incorporaciones que incluye es el guiado de los cables por debajo del tubo principal a través de un canal atornillado, a modo de semi-carenado. Es práctico, fácil de manipular, queda perfectamente integrado... tanto que no sabemos cómo no se ha hecho popular antes, una idea idónea para los recelosos de los inconvenientes del cableado interno.
Esta facilidad de hacer los mantenimientos y de prolongar la durabilidad es una constante en otros detalles de la bici, como en las tapas que protegen los rodamientos y tornillos de los ejes de la suspensión (llamado Bearing Concept), con un doble retén de sellado o los protectores plásticos que, también atornillados, protegen debidamente la vaina ante la cadena.
El Impact Protector Unit, que evita un desastre en el tubo superior en caso de tener un fatal tropiezo y el cierre trasero Quixle, son ambos ya “viejas conocidos” gracias al resto de modelos de Canyon pero no por ello menos destacables.
EL MEJOR FORMATO
Al igual que sucede en la industria automovilística, donde los fabricantes tratan de seguir una misma estética y diseño en la mayoría de sus modelos, Canyon traslada esta idea a la Neuron, incorporando aspectos de los modelos Spectral o Lux entre otros.
Predominan así las líneas rectas, como la que dibujan los tirantes hasta el amortiguador, en paralelo al tubo superior, la forma en la que se une la articulación entre vainas y tirantes, con un tipo de Horst Link muy elegante y menos habitual que de costumbre hasta ahora (por delante del eje y más arriba del eje de la rueda en lugar de más bajo).
En la bieleta y su prolongación esta línea recta es posible gracias a una especie de aletas que se solapan a los tirantes, creando una forma ininterrumpida que resulta muy limpia a nuestros ojos.
Volvemos de nuevo al basculante, y es que Canyon ha prestado mucha atención al apartado de los puntos de giro y la rigidez, reforzando el eje principal del basculante con un rodamiento doble en el lado de la transmisión, a modo de refuerzo que contrarreste las grandes cargas que ejerce la cadena, y uno simple en el otro lado.
En resumen, se trata de un cuadro que aunque pueda parecer convencional, demuestra que los cerebros de Canyon han vuelto a emplear horas extra en la oficina para sorprendernos.
MINUCIOSOS
La unidad probada es una bici de 29”, ya que las tallas M, L y XL poseen este diámetro de rueda, mientras que las XS y S están diseñadas con rueda de 27,5”. Sabemos que esta filosofía no es la ideal para mucha gente de baja estatura que busca una bici algo racing con ruedas de 29”, aunque al tratarse de una bici que no es puramente de competición, la teoría dice que de esta manera la experiencia del biker (en cuanto a agilidad, inercias, rendimiento...) se iguala entre tallas y estaturas.
Más allá del diámetro de rueda, Canyon ha jugado también con los ángulos, otorgando medio grado más abierto en la dirección de las tallas pequeñas (67º), y combinado con un manillar algo más estrecho, de 740 mm (760 en las tallas grandes). Con ello igualan la maniobrabilidad a la hora de girar, ya que el manillar más ancho que montan las 29” ejerce más palanca sobre su mayor Trail (que podríamos definir como la resistencia que ofrece la rueda a cambiar de dirección).
SE BUSCA AVENTURA
Razón: Neuron. Sus cifras de 130 mm de recorrido junto a las ruedas de 29” bien pueden parecer algo excesivas para una bici apta para una teórica ruta de Maratón o carrera por etapas, al menos en nuestro país. Es cierto que, si das rienda suelta al desenfreno en senderos técnicos, la Neuron puede soprenderte: es estable, predecible de reacciones y con una buena capacidad de suspensiones.
No tienes la sensación de que se agote con facilidad. De hecho, a no ser que tu pilotaje sea muy agresivo y realices rutas de Enduro (en cuyo caso, hay otras Canyon más adecuadas), te quedarás siempre con ganas de seguir montando con ella.
El diseño de la suspensión trasera “Triple Phase” contribuye enormemente en este propósito, basado en el comportamiento del modelo Sender de DH. Busca una sensibilidad buena al inicio, mucha estabilidad en el tramo central del recorrido y más progresividad al final, evitando los topes. El resultado es que realiza una buena lectura del terreno y tenemos un feedback de lo que está pasando bajo los neumáticos, y no se comprime más de lo necesario, con lo que si cometemos excesos en las trazadas y encontramos imprevistos, aún tendremos margen para salvar la situación.
Pero, para tratarse de una bici con tan buen resultado en condiciones “brutas”, también es cierto que nos ha sorprendido con lo equilibrada que se muestra a la hora de dar pedales y de rodar a ritmos fuertes. La suspensión neutraliza bastante bien las inercias del pedaleo, además de contar con 3 posiciones en el amortiguador (con bloqueo completo). Quienes estén acostumbrados a bloqueos remotos quizás los echen de menos en esta bici tan compatible con el pedaleo, aunque no tenemos la opción de instalarlos aunque queramos (no tiene guías para el cable y funda del amortiguador).
Es lo habitual en bicis de Trail por otro lado. La geometría es muy equilibrada, sin extremismos por ningún lado, y una posición de pilotaje cómoda y centrada. Hemos probado a bajar el manillar todo lo posible (incluso invirtiendo la potencia) para buscar una postura más pedaleadora aún y contrastar sensaciones. Y el resultado es una bici en la que los 130 mm no pasan excesiva factura a la hora de rodar con velocidad, “disimulando” su potencial rutero y bajador y mostrándose muy llevadera.
Hay que hacer especial mención al montaje de esta bici, que también es responsable de su comportamiento. Han priorizado la importancia de las ruedas a la de otros componentes, con unas Reynolds TR309 Carbon, que sin ser extraordinariamente ligeras (1.755 g el par), sí tienen un compromiso entre resistencia, peso y absorción bastante bueno, con un neumático Maxxis Forekaster muy bien elegido en esta bici.
Súmalas a una horquilla Fox 34 Performance Elite (que tan solo difiere con el tope de gama en que no lleva recubrimiento Kashima) o la tija Fox Transfer, y verás que su valor se corresponde con una cifra superior a los 3.699€ que realmente cuesta. En transmisión, con una mezcla de SRAM GX Eagle y X01 Eagle no hay nada que objetar, algo más básicos son los frenos Guide R, aunque tampoco nos harán fruncir el ceño en muchas ocasiones.
Ficha técnica
[CUADRO] Fibra de carbono.
[AMORTIGUADOR] Fox Float DPS Performance LV. Recorrido 130 mm.
[HORQUILLA] Fox 34 Performance Elite. Recorrido 130 mm.
[PEDALIER] Truvativ Stylo 7k Eagle.
[PEDALES] No icluidos.
[CAMBIO] SRAM X01 Eagle. 12 v.
[MANDOS CAMBIO] SRAM X01 Eagle.
[CASETE] SRAM XG-1275 Eagle. 10-50.
[CADENA] SRAM GX Eagle.
[FRENOS] SRAM Guide R. Discos 180 mm.
[DIRECCIÓN] Canyon-Acros Tapered.
[POTENCIA] Canyon V12. 60 mm.
[MANILLAR] Canyon H15 Rise. 760 mm.
[SILLÍN] Canyon 3-5.
[TIJA SILLÍN] Fox Transfer. 30.9
[RUEDAS] Reynolds TR309 Carbon.
[CUBIERTAS] Maxxis Forekaster TR 3C Maxx Terra. 29x2.35”.
[PESO] 12,580 kg (talla M, sin pedales).
[TALLAS] XS, S, M, L y XL.
[PRECIO] 3.699€.
[ info] Canyon España, 902 99 50 45, www.canyon.com/es
Geometría
Longitud entre ejes: 1166 mm.
Altura de eje pedalier: 330 mm
Longitud de vainas: 440 mm
Longitud de tubo de sillín (centro a tope): 445 mm
Longitud de tubo superior (horizontal virtual): 603 mm
Ángulo de sillín: 74 grados
Ángulo de dirección: 67,5 grados