El proceso de mantenimiento del amortiguador es, de hecho, prácticamente el mismo que con la horquilla, la limpieza y el engrase o, si ha llegado el momento, la sustitución de retenes y juntas.
El proceso es muy sencillo, básicamente consiste en abrir la tolva o cámara de aire, limpiar el aceite de lubricación viejo y añadir nuevo, que tiene que ser especial para la marca y modelo de amortiguador que tengas. La cámara de aire se abre aflojándola a rosca a mano, en sentido normal, y muy importante, habiendo extraído previamente todo el aire.
Ya que estás manos a la obra, si lo necesitas puedes aprovechar para modificar la curva de compresión añadiendo espaciadores internos (si tu amortiguador lo permite): si haces topes con demasiada frecuencia, añades; si no llegas al final del recorrido, retiras.