A veces nos puede el ansia y este es uno de los casos. Es lo que ocurre cuando estrenamos frenos al completo, o cuando estrenamos pastillas y no tomamos las medidas oportunas. Si has puesto pastillas nuevas, y más aún si los discos son a estrenar también, hay que rodarlos. Salir con ellos y hacer frenadas progresivas, no repentinas, sin sobrecalentarlos. Así un par de días.
De no hacerlo, se crean crestas en la superficie del disco, porque las pastillas van mordiendo a saltos, y eso finaliza en vibraciones, ruido y falta de potencia. Hay que rodarlos poco a poco, para que las superficies de disco y pastilla se adapten el uno a la otra, cedan material el uno a la otra y viceversa (suena raro, pero es así) y acaben por acoplarse perfectamente.