Carreras con bicis eléctricas. 8 preguntas que tenemos que hacernos

Las carreras de e-MTB ya están aquí. Para muchos una contradicción de términos, para otros, una nueva posibilidad. Seguro que todos tenemos una opinión al respecto, pero nosotros hemos preferido hacernos unas cuantas preguntas...

Miguel Lorenzo

Carreras con bicis eléctricas. 8 preguntas que tenemos que hacernos
Carreras con bicis eléctricas. 8 preguntas que tenemos que hacernos

Con el reciente comunicado, el pasado 2 de febrero, de la Union Ciclista Internacional, que anuncia su intención de regular las carreras de e-MTB a partir de 2019, ya parece claro que las carreras en bici eléctrica van a empezar a proliferar. Sin embargo estamos en un momento de confusión, en cuanto a la propia definición de cómo van a ser esas carreras y campeonatos, e incluso en quién las va organizar o regular.

En Francia esta disputa ya se ha hecho evidente, y tanto la federación de ciclismo como la de motociclismo han anunciado sus respectivos campeonatos para 2018. Por otra parte la Unión Europea de Ciclismo  (UEC) ha hecho público ya su primer Campeonato de Europa de e-bikes, para este año. En nuestro país no hay avances tan definidos, pero ya hemos tenido carreras Enduro con categoría e-MTB, como el último Campeonato de España en El Atazar, y también se permiten las e-MTB en diversas marchas y maratones.

Sin embargo hay la sensación de que todo aún puede cambiar, y hay muchas preguntas que hacerse.

1)¿Qué tipo de carreras podrían organizarse?

En Enduro, donde el aspecto físico está un poco subordinado al componente técnico, parece más natural la introducción de esta categoría, que realmente podría abrir la participación a un mayor número de personas, y hacerlo más popular.


El propio Jose A. Hermida ya ha probado las carreras de e-Enduro

Esencialmente la bici nos ayudaría en los tramos de enlace, y mucho menos en los propios tramos cronometrados, especialmente si las e-bikes mantienen las limitaciones de la categoría Pedelec, con limitaciones en potencia y velocidad en la asistencia, y eso nos lleva a la siguiente pregunta...

2) ¿Qué tipo de e-MTB podría utilizarse?

Actualmente esto está completamente abierto, si bien la UCI ya ha apuntado en sus objetivos de regulación que las bicis serían limitadas a 250 vatios y asistencia sólo hasta los 25 km/h, que es lo que define hoy la categoría Pedelec. Estas e-bikes son las más populares y entran en la categoría legal de bicicletas, así que no requieren ningún permiso especial.

Como ejemplo de por dónde pueden ir los tiros, en el Campeonato de Francia convocado por la Federación Francesa de Motociclismo, se proponen distintas categorías según la asistencia al pedaleo, y en alguna de ellas sí se permiten bicis que rebasan esta categoría de Pedelec. Y esto nos lleva de nuevo a la siguiente pregunta...

3) ¿Qué Federaciones u organismos deberían regular estas carreras?

En este sentido, la batalla abierta que antes hemos mencionado en Francia puede ser muy ilustrativa. La Federación de Motociclismo se adelantó con su primera convocatoria, con 5 pruebas y una categoría E Pro en la que se usarían bicis de hasta 350 vatios y con asistencia hasta los 45 Km/h, y otra categoría Elite/National con las restricciones Pedelec de 250 w y 25 Km/h. Parece lógico pensar que las Federaciones de Ciclismo nunca van a exceder estos límites Pedelec, así que se abre una posiblidad de convivencia: e-bikes Pedelec reguladas por las federaciones de ciclismo y categorías más allá de esos límites por las de motociclismo...

4) ¿Serían viables carreras de e-MTB en XC?

Antes hablábamos que en Enduro parece encajar la e-MTB de competición con más naturalidad. Para rally surgen muchas más dudas, ya que hay una contradicción entre el aspecto físico del rendimiento, pilar fundamental de esta especialidad, y la asistencia mediante un motor. No es difícil dejar volar la imaginación e imaginarse escenas curiosas: ¿Qué pasaría en zonas llanas o de pedaleo? Al llegar a 25 Km/h la asistencia se corta, ¿quién se iba a atrever a demarrar en estas condiciones? Podría pensarse también que serían los mejor bajadores y los corredores más técnicos los que saldrían beneficiados sobre los más físicos o atléticos. Por otra parte, con unas restricciones en potencia y velocidad de asistencia, parece que el reto tecnológico, además de la ligereza, podría estar, al menos en carreras largas, en la autonomía en el modo de asistencia “full power”. A mayor batería mayor peso, habría que buscar el punto de equilibrio perfecto. Y eso nos lleva, una vez más, a la siguiente pregunta...

5) Las competiciones en e-MTB, ¿serían un estímulo para la innovación tecnológica?

Las carreras siempre han impulsado los avances tecnológicos que finalmente llegan a las bicis de serie, y en este caso nada hace pensar que sería lo contrario. El ejemplo más evidente es el de conseguir sistemas cada vez más livianos, que se traducirían en ventajas directas para los competidores de la marca en cuestión.

Otros aspectos como usabilidad de los mandos o displays, o la propia fiabilidad en circunstancias de uso extremo, serían beneficiados con este estímulo. Y además está la cuestión de la imagen de marca...

6) ¿Apoyarían las marcas la competición?

Parece lógico que sí lo hagan. Dado que las e-bikes son uno de los principales frentes de innovación, y de ventas, hoy por hoy, el escaparate de las carreras sería una buena manera de dar a conocer las propuestas de las marcas, tanto las ya consagradas como las nuevas marcas que tienen que hacerse un hueco en un mercado muy activo y competitivo.

7) ¿Apoyarían los participantes la competición?

Esta es una cuestión más abierta. Tal como hablábamos antes, parece más lógico que en Enduro la idea fructifique, y de hecho ya ha habido experiencias este mismo año con participantes que se han inscrito sin dudarlo en las citas propuestas. Organizadores de marchas/maratones también están abriendo la opción e-MTB y meditando sobre la manera de integrar la categoría para que no interfieran negativamente con el resto de participantes, y si lo están haciendo es porque ya han comprobado que los participantes empiezan a responder a la “llamada”.

Sea como sea parece que el uso recreativo seguirá siendo el hábitat más natural de las e-MTB, y por eso es normal que las marchas populares no competitivas se abran sin dudarlo a admitir las bicis de pedaleo asistido, y los participantes se apuntarán con sus e-MTB al plan de disfrutar en compañía de muchos otros ciclistas del paisaje, el recorrido y los servicios proporcionados por el organizador.

8) ¿Podrían las carreras e-MTB volverse en contra del propio e-MTB?

Está claro que aquí hay terreno abonado para el debate más constructivo y también gasolina para los haters más rocosos. El debate no es malo, de hecho es necesario porque hay cuestiones que resolver. En cuanto a lo otro... bueno ¿se puede evitar? Como ejemplo de las contradicciones que al colectivo ciclista nos va a tocar resolver, basten estas declaraciones de la Unión Europea de Ciclismo al hablar de su primer Campeonato Europeo de e-bikes y el e-bike European Tour: “el objetivo es combinar el esfuerzo físico con el placer del ciclismo de una forma única, con una parte en la que el propio esfuerzo físico no suponga un estrés máximo para el cuerpo y sea accesible a todo el mundo.”


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