Los canales de comunicación de valores y de conocimiento han cambiado mucho durante los últimos años. Y no digamos el Marketing. Si un corredor profesional con una gran experiencia siempre ha sido un valor seguro a la hora de transportar ideas a los aficionados de cualquier deporte, cada vez es más frecuente que compartan escenario con esas figuras que hoy día se han calificado como “influencers”, ya sea a través de sus canales de Youtube como del resto de redes sociales habituales (Instagram, Facebook, Twitter…). Incluso pueden ser las dos cosas en uno, influencer y corredor profesional, porque al fin y al cabo un deportista de élite no deja de influenciar y dar ejemplo a mucha gente que le sigue.
Piensa en un influencer de moda, el que sea (el primero que se te haya venido a la cabeza y al que sigas) y piensa también en un corredor profesional (también el primero del que te hayas acordado). ¿Cuál de los dos tiene más relevancia en tus opiniones sobre material, entrenamiento, nutrición, valores morales...? El corredor tiene el hándicap de que está patrocinado por marcas (el otro muchas veces también) y sus consejos suelen estar encaminados a un perfil más competitivo, no siempre, pero ese es el prejuicio que solemos tener. Lo que a él le suele funcionar bien probablemente no está al alcance de cualquiera, ni económica ni físicamente. Además, no siempre tienen las habilidades comunicativas tan agudizadas como un presentador innato.
El influencer, salvo algunos casos, suele no ser experto pero sí presumir de cierta experiencia y humildad, o al menos nos vende esa imagen, y a veces nos transmiten opiniones e información, digamos… “poco contrastada”; Pero tiene un perfil que conecta con los usuarios quizás por empatía, quizás por simpatía, o una mezcla de ambas. Es una persona normal, al menos más “normal” que un pro, por eso nos sentimos más semejantes a él y a su situación.
Dicho esto, te vuelvo a hacer la misma pregunta: ¿Cuál de los dos tiene más relevancia en tus opiniones sobre material, entrenamiento, nutrición, valores morales...?
Toda esta reflexión un poco delirante se me ha venido a la cabeza al caso de lo ocurrido con Tinker Juárez, corredor mítico donde los haya. Seas un recién llegado al Mountain Bike como si llevas muchas décadas, seguro que le conoces. Y aunque a lo largo de su larga historia ha corrido en varios equipos (Klein principalmente) todos le asociamos con la marca Cannondale y con el mítico equipo Volvo Cannondale desde el año 1994.
Y desde entonces hasta hoy, David (su auténtico nombre) Juárez ha estado ligado a la marca de Conneticut pasando por diferentes equipos hasta acabar siendo un embajador que les ha representado por todo el mundo, siempre ligado a las carreras especialmente de maratón, y nunca ha dejado de presumir de sus bicis. Incluso se llegó a proclamar Campeón del Mundo Máster (categoría 45-49 años) en los Mundiales de Brasil 2010, con casi 50 años.
Todos pensábamos que la relación entre ambos sería una historia de amor que no acabaría nunca, pero al parecer no ha sido así. Tinker ha anunciado en sus redes que tras todo ese tiempo compartiendo camino con Cannondale, se han separado. Tal y como el propio corredor afirma, la marca ha dicho no tener presupuesto para mantener los 25.000 $ de caché de Tinker, a lo que él responde que no es mucha cantidad para alguien que ha ayudado tanto a vender bicis en todo este tiempo. Y sigue ayudando, deberíamos añadir. Por ahora han desaparecido los mensajes de Tinker en sus redes, no sabemos si por motivos legales, por una re-negociación o vaya a saber usted qué. Cannondale por el momento no se ha pronunciado al respecto. Como en casi todas las rupturas, es de suponer que habrá dos historias distintas que contar y tendrán su versión de los hechos.
Lo que sí podemos leer entre líneas es que quizás un corredor de la vieja escuela, de la más vieja prácticamente, menos activo en redes sociales que otros perfiles de comunicadores y con métodos algo más obsoletos –Tinker tiene 60 años, aunque nos gana a ti y a mí de lejos en cualquier carrera-, su figura puede no ser tan jugosa y rentable para una marca de bicis, en este caso Cannondale, pero podríamos estar hablando de cualquier otra. ¿Cuántos influencers, fotos, vídeos en RRSS y aciones de marketing se pueden pagar con esos 25.000 $? Quizás no tantas como pensamos, pero sí dan para muchas visualizaciones, pulgares hacia arriba y corazoncitos, que es una de las varas de medir actuales. En unos tiempos en los que todo cambia tan rápido y la información y valores son efímeros y descontrolados, una figura como la de Tinker que ha demostrado tener un gran compromiso y una estabilidad de hierro a lo largo de los años (¡incluso en su peinado!), debería ser mucho más relevante de lo que parece ser. Y no es una crítica hacia las marcas, es hacia todos.
Lo que todos nos preguntamos es quién será la siguiente marca o patrocinador que se una a Tinker, seguro que alguien con su personalidad, formalidad (no se le conocen escándalos, “roces” ni malos rollos en toda su trayectoria) y carisma, no tarda en encontrar apoyo.
