Con un manillar alto en bajadas la bici se hace más manejable al tener menos peso sobre la rueda delantera, aunque se pierde algo de agarre en la misma rueda. También en subidas complicadas con pendientes fuertes pierde aplomo y se sube con menor precisión.
A la inversa, cuanto más bajo esté el manillar más peso soportarán las manos y la bici se volverá menos manejable en bajadas y con más riesgo de volcar por delante. A cambio, mejoraremos en las subidas y al ejercer más presión contra el suelo, obtendremos más agarre en la rueda delantera.
La altura de manillar ideal desde el punto de vista biomecánico varía en función de la altura del sillín, pudiendo ser entre 3 cm más alto y 9 más bajo. Para esto lo mejor es que acudas a un profesional de la biomecánica, aunque como valor “base” podemos hablar de entre 0 y -3cm (es decir, misma altura que el sillín o 3 cm más bajo) y -3 o -6cm para usuarios de bicicletas de las tallas M y L.