Pues claro, como cualquier tornillo, los cierres rápidos también son susceptibles de perder apriete y acabar por aflojar la fijación, simplemente por las vibraciones o torsiones que reciben.
Cada cierto tiempo hay que revisarlos, al menos una vez al mes, y si la bici es recién estrenada, después de la primera salida. Pero no sólo hay que revisar los cierres de las ruedas, sino también el resto de roscas, como los tornillos de potencia, tija, puños, manetas, pedales, platos… incluso el cierre del casete, si éste cuenta con él.
Aunque no es imprescindible, y no es algo que valga específicamente para los cierres de rueda en general, la manera más adecuada de apretar en general los tornillos de la bici para evitar aflojamientos, y también evitar averías y roturas, es utilizar una llave dinamométrica para utilizar el par de apriete correcto.