Los bujes Shimano tienen la particularidad de que permiten ajuste. En lugar de utilizar rodamientos sellados sin mantenimiento, usan el clásico sistema de bolas y conos, que permite hacer un mantenimiento periódico y ajuste “fino”.
Esta capacidad de ajuste, si cae en las buenas manos de un mecánico meticuloso, brinda la oportunidad de alcanzar un giro muy fino y duradero. El truco perfecto es dejar una mínima holgura, para que la realizar el apriete final del eje, la flexión de los materiales lleve los rodamientos a su sitio y cierre la holgura, quedando un ajuste ideal y sin sobretensiones.
Para ajustar los conos, necesitas dos llaves planas especiales, de la medida adecuada (suelen ser de 14 y 17 mm). Una vez liberada la contratuerca entre el cono (la tuerca que tiene la pista para las bolas) y la tuerca de fijación, se aproxima el cono, después se sujeta y se aprieta sobre él la tuerca, procurando que no gire el eje. Así queda ajustado.
También hay que vigilar del desgaste de bolas y pistas.