Aplicar frío o aplicar calor: ambas terapias sirven para controlar el riego sanguíneo y eso lo podemos utilizar.
El frío ejerce un efecto vasoconstrictor, reduciendo la cantidad de sangre y por tanto la inflamación y el dolor, pero también anquilosa la zona afectada.
El calor hace lo contrario, provoca que llegue más sangre al área dolorida y con ello más nutrientes y oxígeno, además de "arrastrar" los productos de desecho (toxinas, anticuerpos, glóbulos blancos...). El último consejo que podemos darte es que si vas a guardar reposo ponte hielo y si necesitas permanecer activo aplícate calor.
| FRIO | CALOR | |
| En general | 10 min. después de haber montado en bici | 20 min. antes |
| Después de una lesión | Durante las primeras 24 ó 48 h. 20 min. en intervalos (frío, descanso, frío, etc), varias veces al día y lo antes posible tras haberse producido la lesión | 20 min. a las 24 h. de haberse producido una lesión leve o 48 h. después de una lesión aguda |
| Cómo se aplica | Envuelve hielos en un paño o una toalla. También puedes masajear suavemente la zona con un hielo. | Coloca la bolsa de calor sobre la zona afectada sin ningún peso encima ni presión. |
| Precauciones | No aplicar directamente sobre la piel ni durante más de 20 min. seguidos |
No aplicar en zonas sin descarnadas (heridas, quemaduras...) |
| Combinados | 48 h. después de producirse la lesión. Alterna ambos métodos, 10 min. cada uno o baño de contraste. Con la ducha repasa la zona afectada (2 min. agua fría, 2 min. agua caliente y así sucesivamente). Permite controlar la inflamación (frío) a la vez que activa la circulación sanguínea (calor). |
