La gama de las Trek Powerfly para 2018 se compone de cuatro modelos rígidos (4, 5 7 y 9), y cinco dobles, tres con 130 mm de recorrido, las FS 5, 7 y 9, y dos de 150 mm de recorrido, las FS LT 8 y 9. Estas dos últimas son las únicas en montar por primera vez el amortiguador trasero con tecnología RE:Aktiv desarrollado junto a la empresa Penske y en este caso producido por RockShox con un DeLuxe RT3.
El nuevo cuadro de las Powerfly HT (rígidas) está fabricado en aluminio Platinum excepto en la versión más económica. Incorporan medida Boost en el eje trasero de 148 mm y tubo de sillín de 31.6 mm de diámetro con el cableado de la tija telescópica (en los modelos que la incorporan por el interior como la 7, 9 y 7 Woman).
En diámetro de ruedas, Trek varía los tamaños en esta gama, siendo el modelo tope, la 9, una divertida mid fat con ruedas de 27,5x2.8 y 120 mm de recorrido en la horquilla delantera (FOX 34 Performance). En las 7 y 5 se recurre al Smart Wheel Size, rueda de 29”x2.4 en las tallas 17,5” y mayores con horquilla de 100 mm de recorrido, y rueda de 27,5”x2.4 en talla 15,5” y menores.
Por 2.599 euros puedes zambullirte en la gama Powerfly con la 4, el primer precio de la gama. Es la única de la gama en usar aluminio Alpha Gold, aunque tiene cableado interior y cuenta con el motor Bosch Performance CX de 250 watios, y el mando de control o display Purion en la parte izquierda del manillar. Importante, desde este primer precio todas incluyen batería Powerpack de Bosch de 500Wh.
La gama específica de mujeres comparte los modelos rigidos 4, 5 y 7, la segunda de ella, la 5, en la barrera de los 3.000 euros, destinada a ser una de las estrellas en venta de la gama, aunque la 7 (3.799 euros) es la primera en montar horquilla telescópica, una Bontrager Drop Line y unos componentes de primera con transmisión Shimano Deore XT/SLX (frenos Deore).
Otra de las atracciones de la gama rigida es la Powerfly 9 (4.799 euros) donde Trek se inclina hacia las Plus, creando esta 27,5 Plus con las nuevas ruedas Powerline Comp 40, tubeless ready y con un núcleo en el casete trasero para optimizar la transmisión de energía evitando demasiado “punto muerto” en el inicio de la pedalada. En este punto es destacable como Trek está ya trabajando en la integración de componentes, buscando soluciones en suspensiones que veremos en el futuro, y como, por ejemplo, en este cuadro ha buscado bajar todo lo posible el peso de la batería manteniendo una estética convencional, logrando unas bicicletas muy equilibradas y fáciles de manejar.
Apuesta doble en las dobles
Las bicis Powerfly 2018 llegarán a las tiendas en pocas semanas por gamas, las más tardías, las dobles suspensiones después de verano, y estas son las grandes protagonistas. Por un lado, tres versiones componen la gama de 130 mm de recorrido (FS 5, FS 7 y FS 9), con precios de 3.999 a 5.999 euros, una gama de eMTB enfocadas a todo aquel que desee devorar kilómetros con la comodidad de una doble y la fiabilidad de un sistema de suspensión como el ABP Full Floater de Trek, con suficientes años en el mercado como para saber que su funcionamiento cumple sobradamente las necesidades de cualquier usuario medio. Incluye la bieleta EVO link, con los anclajes Mino Link para variar la geometría, simplemente cambiándolos de posición 180 grados.
Toda la gama comparte cuadro de aluminio Alpha Platinum con la batería PowerPack de Bosch integrada en la cuna del tubo diagonal y sistema Knock Block para evitar impactos del manillar u horquilla en los tubos del cuadro.
Las dos primeras versiones montan amortiguador RockShox DeLuxe RL, y la tope de gama el DeLuxe RT3 tuneado por el departamento de suspensiones de Trek en colaboración con RockShox.
La guinda del pastel en esta gama de eMTB son sin duda la Powerfly FS 8 LT (5.499 euros) y la FS 9 LT (6.099 euros). A todo lo que hemos ido viendo anteriormente de tecnologías conocidas en Trek y que resultan en un producto valioso por su reconocimiento internacional, hay que sumarle un plus de innovación y también, por qué no decirlo, de diversión.
Las dos LT incorporan en su suspensión trasera amortiguadores RockShox DeLuxe RT3 con la tecnología RE:aktiv desarrollada por Trek conjuntamente con Penske, empresa líder en suspensiones para coches de competición, desde la NASCAR americana a la F1.
El RE:aktiv es un pistón con dos circuitos para el flujo del aceite de compresión, uno para los impactos de baja intensidad (curvas, pedaleo, pequeños baches) y otro para los de alta (baches grandes, escalones, rocas), ofreciendo un comportamiento regresivo. Así en la posición más firme de su ajuste (el RockShox DeLuxe RT3 RE:aktiv tiene 3 opciones) se mantiene duro al pedalear (impacto de baja), pero ante un impacto medio-fuerte el aceite fluye por el circuito de alta, liberándose de esa firmeza inicial lo que le posibilita absorber plenamente.
Con semejante suspensión más una una FOX 36 en la parte delantera, lo que os podemos decir de los dos días de pruebas en los alrededores de Verbier (Suiza) es que nos quedamos con ganas de más.
Ganas de seguir pedaleando con una bici que te lleva y a la que puedes llevar, con 150 mm de recorrido que son un equilibrio óptimo cuando hablamos de descensos en montaña y queremos complicarnos, aunque sea un poco, la vida.
Trek ha sabido con las nuevas Powerfly permanecer fieles a su estilo, sin estridencias, pero aportando tecnología y conocimiento a sus productos, con una base sólida como es el motor Bosch Performance CX con el que pudimos montar usando el nuevo modo de asistencia eMTB, que se convierte casi sin quererlo en un “modo único” de asistencia gracias a su versatilidad.
Sobre la marcha la Powerfly LT es una de esas bicis que comprarías. Excepcional equipamiento, cuadro de aluminio sólido con geometría actual, integración casi total de la batería, juego de ruedas específico de eMTB, lo mismo que la horquilla, y una suspensión trasera más que contrastada. ¿Van a ser un éxito? Estamos seguros de que sí.