Pacific estaba llamada a ser una de las grandes productoras de bicis a nivel mundial, e incluso contó con su propia gama “Pacific” que fue comercializada en mercados como el nuestro. Hoy, casi un cuarto de siglo después, casi todo ha cambiado en Pacific, y lejos de entrar en la dinámica de la producir todo y a todos, se respira un aire de cierta calma comparado con otras grandes empresas.
George Lin, su fundador y padre de Michael Lin, el actual presidente, tomó una determinación hace más de 18 años cuando vio peligrar la empresa que había forjado desde que en 1970 fuera un pionero en la fabricación de bicis en Taiwan. Con algo más de 100 empleados de los que casi 20 son ingenieros, Pacific ha buscado en los productos no convencionales su estilo de negocio, y funciona. Dos plantas completas de uno de sus edificios están destinadas a un museo de la bicicleta con muchas de las creaciones de la propia Paficic, pero además, cuenta con ejemplares casi únicos en una verdadera demostración del amor por esta industria/deporte.
Decenas de prototipos, algunos comercializados, otros que no pasaron a la serie, se agolpan, mientras George Lin se sube en cada uno de ellos, prestando especial atención a aquellos diseñados para personas discapacitadas, mientras suelta una vez más una frase que es casi como una coletilla en sus conversaciones: “Para hacer cosas interesantes, tienes que seguir siendo pequeño”. Dicen que en la cuarta planta de uno de sus edificios se encuentra la sala de los sueños, donde le gusta discutir sobre proyectos futuros, y donde algún día en el pasado escuchó a la gente de Honda HRC pedirle fabricar su cuadro de dual, o a los pioneros de Niner convencerle de que una parte del futuro del Mountain Bike pasaría por las ruedas de 29”.