En 1974 Mike Sinyard decide volar a Europa y vende su furgoneta Volkswagen T1, para comenzar una aventura cuyo nombre se ha convertido en toda una referencia: Specialized. Los primeros pasos fueron importar productos europeos de calidad, como Cinelli, Campagnolo o Clement, entre otros, para venderlos en Estados Unidos donde eran muy apreciados, pero a la vez difíciles de conseguir.
En aquella época, con una empresa que había comenzado con apenas 1.500 dólares, el propio Mike servía los pedidos a las tiendas (en una bici con remolque) y previo pago del material entregado. En 1976 Specialized da nombre a su primer producto, unas cubiertas (de ahí que la marca siempre haya tenido una predilección por este producto).
Con el inicio de los años ´80 llegan las primeras bicis Specialized, con nombres míticos como la Allez o la Seqouia que han llegado hasta hoy, pero si algo iba a cambiar para siempre la vida de Mike Sinyard, sería otra bici y otro nombre: Stumpjumper.
Las primeras Specialized Stumpjumper, que siempre han presumido de ser la primera bici de montaña fabricada en serie, algo así como el Ford T de las bicis, iban a sorprender a propios y extraños, agotando su primera producción de 250 unidades casi sin darse cuenta. Pronto llegaría el despegue del deporte en Estados Unidos y Specialized estaba allí para coger aquella ola gigante que les ha traído hasta hoy.
Y aunque la empresa en 1992 se trasladase desde su sede original en San Jose a Morgan Hill, ambas en California, Mike Sinyard no olvida sus orígenes, y por eso ha replicado en la sede actual de la marca, el rincón donde nació Specialized y donde siguen estando junto a él hombres como Robert Egger, el “Director Creativo” de la marca (al que menciona en el vídeo) y uno de los visionarios de Specialized.