No todas las marcas tienen una 29er de precio ajustado y con un montaje que garantiza todas las prestaciones en sus catálogos, donde la franja de los 1.000 € se está convirtiendo en una de las más cotizadas. Este mes probamos la Black Forest 3.0 de Focus, el modelo intermedio de cinco montajes, con un abanico de precios entre los 649€ del modelo 5.0 hasta los 1.699€ del 1.0.
DNI GERMANO
Su cuadro de alumino, con el tubo principal hidroformado, no esconde sus raíces alemanas, con una estética sobria pero con detalles cosméticos sencillos y con predominancia del color oscuro (muy de moda en muchas marcas este año) y unos tubos muy largos, casi como si se tratase de una talla superior. Sorprende que pese a no ser una bicicleta enfocada a la competición (para eso ya cuentan con la familia Raven), la Black Forest es también una bicicleta muy rápida, con la que nos sentiremos muy a gusto rodando a altas velocidades. El montaje colabora a ello, con una potencia larga, una tija de sillín retrasada, neumáticos Continental extremandamente rodadores (que anuncian un balón 2.2”, aunque su medida real no va mucho más allá de un 2.0”) y un triple plato con el que disponemos de unos desarrollos muy largos gracias a sus 42 dientes del plato grande.
La horquilla RockShox XC 30 es sencilla, con una cámara de aire en su barra izquierda, pero no se olvida del bloqueo remoto, algo que la mayoría de usuarios consideran imprescindible. También sencillos son los componentes Concept de fabricación propia, presentes incluso en las ruedas, que cumplen su cometido a la perfección y con una estética que no desentona en absoluto con el resto de la bici. Su transmisión se ha encargado a Shimano, con un abanico de piezas del nivel del Deore (mandos de cambio o bielas) hasta un cambio trasero XT, pasando por el desviador SLX. También hay un huésped de SRAM en la transmisión, el casete (gama X5) que logra contener un poco el precio de la bicicleta, a costa de perder un poco de suavidad.
Aunque a la hora de ahorrar nos gusta más que lo hagan en el casette que en otros componentes como los frenos, algo que sucede en otras marcas. Focus ha instalado unos Avid Elixir 1 con una potencia muy buena, además de usar un disco delantero de 180 mm.
DENTRO DEL BOSQUE
Antes de salir a rodar bajamos la potencia hasta su posición más baja (tiene nada menos que 6 espaciadores de 0,5 cm cada uno), ya que a priori, las medidas de esta bici “lanzadera” piden que pedalemos con buen ritmo. Ya con la posición más enfocada al rendimiento que a la comodidad, las primeras pedaladas confiesan lo que aventurábamos, que acelera muy bien y alcanza una velocidad de crucero alta cuando llaneamos. Por este motivo también es una buena trepadora, sobre todo en las subidas de ritmo. No es tan buena en las subidas reviradas, con obstáculos grandes o muy seguidos. Las medidas tan largas entre sillín y manillar nos obligan a ascender sentados prácticamente en los últimos milímetros de la punta del sillín, si no quedamos tan estirados que incluso cuesta maniobrar en los tramos más técnicos.
En las bajadas, es muy estable pero sus neumáticos son su gran limitador, no nos permiten salirnos mucho de la trazada ni someterlos a situaciones extremas. La potencia, de nada menos que 100 mm, también dificulta un poco el control de la rueda delantera. Afortunadamente contamos con un manillar muy ancho que sí nos facilita la tarea de colocar la rueda allá donde queremos. Con una potencia más corta y una tija sin retraso ganaría en agilidad, ya que el cuadro no es muy alto (tiene más sloping del que parece), y los más ruteros obtendrían más comodidad, con la espalda más erguida.