Su precio es inferior a 900€ y es capaz de ofrecernos un cambio trasero Shimano Deore XT, una horquilla RockShox XC32 de aire con bloqueo remoto y un conglomerado de piezas Ritchey. Así que sobran más explicaciones de porqué es la protagonista de este Minitest.
NUEVA IMAGEN
En realidad hay otra razón muy poderosa que no hemos citado: el cuadro, de aluminio 7005 y con unos tubos principales en los que se nota que han dedicado bastante tiempo en buscar algo que se aleje de lo básico, con formas de rombo y perfiles muy acusados (que quedan algo disimulados con la pintura blanca brillante). En la parte trasera los tubos serpentean describiendo la forma de "espagueti" que tanto se popularizó hace mucho más de una década, aunque esta Conor posee unos refuerzos y unas punteras propios de la actualidad, de un tamaño considerable y aligeradas en todos aquellos sitios en los que les ha sido posible. Merece la pena destacar también un refuerzo en la dirección, entre la pipa de dirección (de medida 1/8", la dirección cónica no es frecuente en estos precios) y el tubo diagonal, realizado con dos pletinas paralelas, también aligeradas mediante un torneado que se extiende por toda su superficie.
Esta bici calza unas Schwalbe Smart Sam 2,1"
En la dirección por cierto encontramos el nuevo logo de WRC (World Race Conor) que ha estrenado recientemente la marca, con el que Conor transmite una nueva imagen más fuerte, acorde con su nuevo catálogo con modelos como el Pro Lady de similares características al Pro de estas páginas pero con geometría específica para mujer, o las nuevas Racing 29er con cuadros de aluminio y de carbono de la firma Dedacciai.
LARGA VIDA
Intentar situar un lugar donde la Pro XT se sienta más cómoda no es fácil, ya que han conseguido un buen equilibrio, defendiéndose en prácticamente todo tipo de rutas. Sus componentes Ritchey, como siempre, más que correctos, aunque su manillar, que ya lleva varios años en el mercado no termina de convencernos con las puntas ligeramente caídas hacia abajo, aunque su anchura de 630 mm sí nos parece adecuada. La potencia Ritchey Comp hereda la estética del modelo tope de gama (WCS), y está personalizada con el logo de Conor WRC, al igual que el sillín Selle Italia Q-Bik, que aunque siempre da la sensación de estar mirando hacia el suelo debido a su punta, tiene una comodidad extraordinaria.
Una bici a medio camino entre las rutas y las carreras
En terrenos inestables sus neumáticos Schwalbe Smart Sam de 2,10" nos transmiten mucha seguridad, gacias a que su balón es más generoso de lo que parece, y además su carcasa es más robusta que la de otras Schwalbe de gama superior. Esta confianza extra nos permite contrarrestar un poco la longitud algo elevada del tubo superior de la bici. Además su sloping no es muy acentuado. En realidad ésta es parte de la identidad de Conor, bicis con una geometría siempre con un pie en el lado más competitivo de este deporte, por lo que no es de extrañar que la Pro nos pida rodar a velocidades muy altas y que en los ascensos reaccione muy bien a nuestros esfuerzos. La transmisión, compartida entre Shimano Deore XT atrás y Shimano SLX en los mandos, se adapta a todas las situaciones gracias a sus 30 velocidades que abarcan un rango muy amplio. También merece la pena destacar entre sus componentes los bujes Shimano y su pedalier Shimano M522, unos puntos críticos donde otras marcas aprovechan para rebajar el nivel, cosa que Conor ha evitado y nosotros alabamos.