La historia de Jonna no es una historia convencional. Esta danesa nacida en 1992 se inició en el mundo de las bicis con el BMX logrando ser Campeona danesa y escandinava de la disciplina. Tras el BMX, probó con modalidades como el Enduro y el DH en las que sus participaciones en EWS y La Copa del Mundo de Descenso de los últimos años han sido desde entonces su forma de vida.
En una competición conoció a Manuel, un rider mexicano que la invitó a ir de vacaciones a su país. Allí se enamoró del país, y también de él. Desde 2019 vive en México rodeada de bicis de MTB. Allí fue también donde le diagnosticaron un cáncer, que superó gracias a sus ganas de vivir, al apoyo de Manuel y a su pasión por la bici.
Una historia que remueve, pero a su vez, da fuerza para vivir la vida con intensidad. Así nos cuenta Jonna, en primera persona, su experiencia:
UN DÍA CUALQUIERA
Me enteré de que tenía cáncer estando en México, después de que me revisaran un bulto en la garganta. Fue un golpe muy duro. "¿Me estoy muriendo?" - es en lo único que piensas en un primer momento. Después de esto dices, "no", y seguidamente "¿cómo se lo digo a mi familia?". Explicárselo a mi familia de Dinamarca por video llamada fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Volé a Dinamarca, y después de dos semanas de múltiples estudios y escáneres, tuve mi diagnóstico final, con las tranquilizadoras noticias del médico de que "mis posibilidades de recuperación eran buenas", con el pensamiento inmediato: "¡Superaré esto!".
EL TRATAMIENTO
La quimioterapia es un reto extraño. Te quita toda la energía y al mismo tiempo te está salvando la vida, parece que te destroza lentamente. Tuve que encontrar la tranquilidad para ralentizar la vida, dormir lo suficiente para recuperarme y acordarme de seguir comiendo bien para alimentar la lucha que llevaba dentro.
Y no lo sabía, pero cada persona recibe su propio "cóctel" de quimioterapia, específico para el tipo de cáncer, el estado y tu salud física en general. Tuve 3 días consecutivos de quimioterapia cada 2 semanas, durante 6 tratamientos. Alrededor de 8 horas de quimio y anticuerpos a la vez, quimio en pastillas, inyecciones de refuerzo para la médula ósea, y varias pastillas contra las náuseas y antibióticos para ayudar a las defensas, porque la quimio destruye el sistema inmunológico.
EL PODER DE LA BICI
Tuve la suerte de poder pedalear todavía un poco mientras estaba en pleno tratamiento, lo que hizo más fácil todo ese tiempo. Además, mi familia y mis amigos me apoyaron mucho, se tomaron el tiempo de hacer paseos esperándome e incluso me remolcaron para pasar un fantástico día en el bosque antes de mi última quimioterapia. Me cogió un poco por sorpresa lo débil que me dejó la quimio, pero la técnica seguía ahí, así que "sólo" tuve que volver a coger fuerzas y confianza. En cierto modo, volver a subirme a la bici fue como un recordatorio de que todo lo bueno estaba por llegar.
TODO ESTÁ BIEN
Cuando me lo dijeron, ¡fue un alivio! Esperaba recibir esa noticia en diciembre de 2020, pero mi escáner PET no estaba al 100%, así que tuve que esperar 2 meses más. Me había preparado para recibir malas noticias, así que cuando el médico me dijo "todo parece estar bien", tuve que preguntar si eso significaba que estaba libre de cáncer. Me dijo que sí. Creo que mi madre reaccionó más positivamente que yo, pero también me imagino lo duro que fue para ella ese momento. ¡Tener gente a tu alrededor que se preocupa es a la vez de duro, porque no quieres ser la razón de ese dolor, un alivio de tener a tus seres queridos que te hacen sentir feliz, querida y motivada durante todo el proceso!
VOLVER A LA NORMALIDAD
Siempre he disfrutado de la sensación de salir a rodar. Y desde el día que volví a pedalear después de estar en el hospital, me dio un plus de energía para todo el proceso. La vuelta a las carreras vino acompañada de bastantes nervios, ansiedad y ganas de hacerlo bien. Había estado en mi mejor forma justo antes de que todo esto ocurriera, así que era difícil no esforzarse y esperar ese mismo nivel de mí misma de nuevo. Pero la recuperación lleva su tiempo.
Me metí de lleno en las carreras y corrí mi primera Copa del Mundo de DH y las EWS con apenas 4 meses sin cáncer. Y aunque fue duro, también fue increíble. Lugares de ensueño, senderos fantásticos, conocer a gente increíble y poder esforzarme siguiendo a las mujeres más rápidas del mundo. Siempre buscando lo mejor de mí misma y persiguiendo mis objetivos en bici. La vida alrededor de las bicis me ha dado tantos recuerdos bonitos, amistades y aventuras, que no puedo imaginar lo que habría sido mi vida sin ellas.
