Después de 30 km de marcha tuvimos la mala suerte de que se nos rajara una cubierta y nos reventara la cámara. Para arreglarlo cogimos dos trozos de la cámara vieja (cortados con los dientes porque no había navaja y abiertos por la costura) y envolvimos con ellos la cámara nueva a la altura de la raja de la cubierta para que la presión del aire no volviera a reventarl. Además, colocamos una brida (nunca salgo sin un par de ellas, ya me han sacado de más de un apuro) rodeando la llanta y la cubierta entre los tacos de la rueda para mayor seguridad. Al final aguantó la vuelta a casa sin problemas y quedó tan bien que no se si dejarla para la siguiente salida!