En estos días con frecuencia montamos con terrenos embarrados o mojados, y la bici llega a casa con una mezcla de fango, hierba húmeda, ramitas... ¿Hasta qué punto es necesario lavar la bici, y desengrasar/engrasar antes de cada salida, cada día uno tras otro?
El agua es el mayor enemigo de la bicicleta, y si es a presión (hidrolimpiadora), es mortal. Entra en los rodamientos, arrastrando suciedad al interior, desalojando la grasa, oxidando piezas… Si todo los días vuelves a casa embarrado, es poco práctico que hagas una limpieza a fondo, debes limitarte a los elementos de desgaste donde existan fricciones, que se acentúan con la arenilla del barro, que actúa como una lija.
Cepilla, limpia al máximo y engrasa todos los elementos de la transmisión, especialmente cadena, casete y platos. También los pivotes del cambio y los resortes de los pedales automáticos, si llevas. Pasa un cepillo, después un trapo… cuanto más limpio lo dejes mejor funcionarán al día siguiente, y más kilómetros durarán. Busca un aceite de lubricación especialmente indicado para condiciones húmedas, que aguante el tipo tras un día entero de charcos.