No te habías dado cuenta, no sabes cuando ocurrió pero un día lavando la bici, o simplemente observándola te encuentras con una burbuja en el neumático. No sabes qué hacer, te da miedo explotarla, aunque también te sorprende que no haya explotado aún por sí misma al rodar. ¿Puedes seguir utilizando el neumático?
Ya hemos visto más casos similares, sobre todo en los primeros tiempos tras la aparición del sistema Tubeless, cuando los neumáticos no estaban al 100% adaptados al nuevo sistema y a la utilización de líquidos sellantes. Es muy probable, y especialmente si el neumático aún es relativamente nuevo, que estemos ante un caso de defecto de fabricación, que deja que el aire se cuele entre las capas internas del cuerpo del neumático.
Si la rueda está ya muy desgastada, lo mejor es cambiarla ya y no arriesgar. Si no lo está nuestra recomendación es la siguiente: desmonta el neumático rápidamente y reclamar la garantía para que te lo sustituyan por otro nuevo. Rodar con él así, no se sabe, puede ser una lotería. Puede que no pase nada, o que acabe rajándose o reventando repentinamente Desde luego el neumático no está diseñado para funcionar de esta manera. Es mejor no jugársela.