Ya hemos tratado en anteriores artículos de técnica el paso por curva, donde incidimos en algunas claves que son aplicables al tema que nos ocupa en este artículo y que es la sucesión de curvas.
Es fundamental la velocidad adecuada en el paso por las curvas, por eso en caso de que la curva se nos complique, usaremos el freno trasero como timón, y aprovecharemos para dar un toque un poco más fuerte y entonces la rueda trasera se deslizará lateralmente derrapando un poco, con lo que cerraremos la trayectoria.
Al pasar por curvas enlazadas nuestro cambio de peso tiene que ser muy rápido de la primera curva a la siguiente para ayudarnos a encarar la siguiente curva.
Primordial que el centro de gravedad vaya muy bajo justo al pasar el giro. En la fase de transición entre las dos curvas lo podemos elevar ligeramente para recolocarnos y una vez hacemos el segundo giro volvemos a bajarlo para volver a ganar estabilidad.
Que la rueda delantera no pierda adherencia en ningún momento es clave porque es la rueda directriz y, si perdemos el control de ésta, es muy fácil que acabe en caída. Para evitarlo, hay que llevar el peso hacia la rueda delantera y hacia el lado de fuera.
Muy importante la posición de las piernas: la que primero va por fuera y que debe ir hacia abajo, en la curva siguiente tiene que ir arriba porque se convierte en la pierna contraria.