En esta tercera generación de la Wild, es evidente que Orbea ha estado trabajando a pie de circuito en las Enduro World Series para pulir detalles y optimizar las características de esta eBike. El cuadro de esta Wild es completamente nuevo, que no te confunda su aspecto parecido al de su predecesora, donde el tirante de refuerzo por encima de la cuna del motor es uno de los puntos más característicos y donde más se ha trabajado para integrarlo en unas líneas mucho más armónicas.
Dentro de lo habitual y casi esperable, han introducido los cables por la dirección de la misma manera que ya se ha hecho en la Oiz, contando con un rodamiento sellado de una calidad excelente para aumentar la fiabilidad y con el sistema Spin Lock de bloqueo de giro de la dirección. Pero aparte de este detalle, la característica principal de la nueva construcción es que el cuadro ya no presenta la ventana para la extracción de la batería, sino que todo el tubo principal es ahora una estructura cerrada. Sabemos que esto tiene sus límites a la hora de cambiar la batería o simplemente para cargarla en caso de no tener un enchufe cerca de la bici, Orbea por supuesto también lo sabe, pero es que gracias a este sacrificio la rigidez estructural aumenta en nada menos que un 70 % según sus pruebas y mediciones.
Su desarrollo se ha realizado en los circuitos de Enduro
Una cifra que no es baladí, sino que en una bici que supera y con margen los 20 kilos –desde unos 22-23 en adelante con un montaje “de competición”, aunque Orbea anuncia un peso desde 20,9 kg en la configuración más ligera y costosa- este 70% supone una diferencia notable en el comportamiento de la bici, especialmente en altas velocidades y con impactos grandes, resistiendo mejor las torsiones y manteniendo la trazada.
OPCIONES MÚLTIPLES
A la hora de elegir nuestra Wild tenemos diferentes opciones tanto de batería como de motor. Sobre lo primero, se puede optar por la de 625Wh o la de 725 Wh, en caso de que no queramos encontrar demasiados límites a la hora de exprimir la batería. Sobre el motor, si bien las opciones pasan sí y solo sí por Bosch, optamos al CX Smart System de última generación o al CX-R también nuevo pero más orientado a la competición, con la misma potencia de 85 Nm pero picos de empuje de hasta un 400% en lugar del 340% del primero y un peso unos 150 g más ligero. Una opción recomendable si vamos a competir, ya que ese “superturbo” para acelerar no tiene demasiado sentido fuera de la competición, ya que además de acelerar un poco el consumo puede empujarnos tan rápido que se nos “acumule el trabajo” en zonas técnicas, ya sean de subida o bajada.
Acceder a los controles del Fox X2 no es nada cómodo. No es algo que hagamos con frecuencia y mucho menos sobre la marcha, pero cuando toca, te obliga a hacer un poco de contorsionísmo con las llaves Allen.
A nivel de geometría sin embargo Orbea no ha incluido ninguna opción de personalización de ángulos ni tampoco la posibilidad de montar una rueda de 27,5”, cosa que puede extrañar en un segmento tan “tiquismiquis” de estas posibilidades como es el Enduro. Han optado por la vía más directa en la que solo se contemplan las 29” en ambos ejes como la opción más rápida contra el crono, y la única forma de modificar ligeramente su geometría pasa por seleccionar una horquilla de 160 o de 170 mm a la hora de comprarla, según nuestras preferencias, lo que hace variar los ángulos en 0,5º (la dirección pasa de 54 a 63.5 y el tubo de sillín de 77,5 a 77º).
La unión entre vainas y cuadro queda protegida con una goma que se ha mostrado bastante robusta y aguanta bien en su sitio.
La Wild es una bici larga, de hecho ha crecido en total 45 mm respecto a la versión anterior, 25 mm en el Reach, con una cifra de 455 en talla M -480 en la talla L probada-. Hay más cifras importantes como la altura de la pipa de dirección, que crece hasta los 120 mm en talla M (130 mm en la L probada) en orden de ganar rigidez, y la altura del pedalier también se ha elevado 5 mm para evitar golpear con facilidad. Y por último pero no por ello menos relevante, las vainas, que con 448 mm son 7 mm menos que antes y con ello se logra más impulso en la rueda trasera a la hora de acelerar o de colocarla en la trazada. Esto nos viene bien dado que la Wild es una de esas bicis en las que puedes elegir entre dos tallas para adaptarla un poco a tu estilo de conducción, ya que la altura del tubo de sillín trata de mantenerse muy próxima entre ellas.
7 modelos en total, 3 de aluminio y 4 de carbono, y muchas posibilidades de personalización.
En nuestro caso hemos recurrido a una L para una altura de 177 de biker, y tal y como hemos dicho, la Wild se aprecia bastante larga, sobre todo entre ejes, tanto que incluso estamos seguros de que podríamos haber usado una M sin sentir que nos quedase pequeña. Gracias a esas vainas tenemos una agilidad bastante buena a la hora de movernos en trialeras o por ejemplo, hacer un Bunny Hop.
Cuando la bajada se pone muy vertical y/o rápida, la Wild empieza a darnos más confianza y seguridad aún.
APUNTA Y DISPARA
Lo esperable en una bici de este tipo es que comencemos a hablar del comportamiento bajador, pero en este caso vamos a mencionar primero su capacidad escaladora, que nos ha gustado mucho. Y no nos referimos a lo que bien que se sube ayudados por un motor de 85 Nm, sino por la capacidad de controlar la bici en ascensos técnicos, esos que en muchas ocasiones te hacen perder el apoyo en la rueda delantera o la tracción en la trasera, y que acaban con un pie o los dos en tierra. La Wild es una de esas bicis en las que vamos con el reparto de pesos muy bien distribuido entre los dos ejes y al ser un poco larga de triángulo delantero nos permite una movilidad muy buena –sin que las rodillas pasen demasiado cerca del manillar- para ir jugando con ella y colocarla donde queremos, como movernos hacia el frente en curvas muy cerradas y empinadas. Y siempre sin perder apoyo en el eje trasero.
Freno trasero de 203 mm y no acepta menos diámetro. Los discos son unos Galfer Wave de serie.
Con más de 23,5 kg con los pedales, no es extremadamente ligera, pero sí es cierto que se siente bastante ágil y fácil de llevar por donde queremos, por ello se siente más ligera de lo que es. La cinemática de la suspensión se nota con bastante apoyo hacia la zona intermedia, con lo que una vez consumidos los primeros centímetros de forma muy suave, el hundimiento se aprecia controlado, con lo que es más difícil que la bici baje mucho de atrás y con ello que nuestro peso se desplace hacia la rueda trasera y las bielas golpeen el suelo. Además estas son de 160 mm, con lo que la distancia se incrementa aún más. Esta misma cinemática también ayuda a darle un carácter más vivo en bajadas reviradas, esas de tener que mover mucho las ruedas de un lado a otro para sobrepasar regueros, raíces, escalones… Es una bici de suspensión sensible pero con un equilibrio alto entre la capacidad de tragarse el terreno y encontrar apoyo cuando lo necesitamos. Se nota algo progresiva hacia el final del recorrido, aunque hemos llegado a consumir el recorrido del amortiguador varias veces, eso sí, sin sentir nada extraño atrás.
El mini-mando de Bosch es ideal: sencillo, siempre cerca del pulgar y además Bluetooth, con lo que nos ahorramos un cable en el manillar..
Lo que más nos ha gustado es que cuando la bajada se pone de verdad seria, muy vertical y/o muy rápida, ahí es donde la Wild empieza a darnos más confianza y seguridad aún. Sobre todo si monta unos neumáticos Maxxis con carcasa DH, algo que agradecemos de nuestro montaje Custom y que desde luego recomendamos seleccionar en el configurador de Orbea para despreocuparnos y poder afinar más con la presión.
En esa cajita junto a la válvula se esconde el imán para informar al motor de las revoluciones, y el sensor se aloja en el interior de la unión entre vainas. Con ello se ahorra llevar un cable hasta la puntera trasera, con el sensor habitualmente instalado en el mismo disco.
El sistema SIC (Sealed Internal Cables) no solo aparta los cables de nuestros ojos y le da un aspecto más limpio y fino. También hace que la bici sea más silenciosa. Y de hecho, la Wild nos ha parecido una bici en la que en general no se escuchan muchos ruidos, ni provenientes de la cadena -tiene unas protecciones muy trabajadas- ni golpeteos. Tan solo algunos ruidos internos del motor.
EL DETALLE: CONTROLLER
El System Controller de Bosch es tan sencillo de usar como parece, tan solo un botón de encendido/apagado y otro para ir saltando entre modos de asistencia. Si queremos más información tendremos que recurrir a la app Bosch Flow en nuestro teléfono o también podemos comprar la bici con el Display Bosch Kiox 300.
Lo mejor: Más ágil de lo esperado, subiendo y bajando. Detalles. Posibilidad de personalizar componentes.
A mejorar: Acceso a controles del amortiguador. Sin posibilidad Mullet ni cambios geométricos.
FICHA TÉCNICA
- Cuadro: Carbono OMR. 160 mm.
- Amortiguador: Fox X2 Factory.
- Horquilla: FOX 38 Factroy GRIP2. 170 mm.
- Motor: Bosch Performance CX. G5. 250 Wh.
- Batería: Bosch Powertube. 725 Wh.
- Display: Bosch System Controller.
- Pedalier: E*thirteen Plus. 34 d.
- Cambio: Shimano XT. 12v.
- Mando cambio: Shimano XT.
- Casete: Shimano CS-M7100 10-51.
- Cadena: Shimano M6100.
- Frenos: Shimano XT M8120. Discos 203 mm.
- Dirección: Orbea Spin Lock.
- Potencia: OC Mountain Control 10. 40 mm.
- Manillar: OC Mountain Control. 800x20 mm.
- Puños: OC.
- Sillín: Fizik Aidon.
- Tija sillín: Fox Transfer 175 mm.
- Ruedas: Oquo MC32 LTD.
- Neumáticos: Maxxis Assegai 3C TR DH, 29x2.5”/Minion DHR 3C TR DH, 29x2.4”.
- Peso: 23,430 kg (talla L, sin pedales).
- Tallas: S, M, L y XL.
- Precio: 10.431€.
A: Longitud entre ejes. B: Altura de eje pedalier. C: Longitud de vainas. D: Longitud de tubo de sillín (centro a tope). E: Longitud de tubo superior (horizontal virtual). F: Ángulo de sillín. G: Ángulo de dirección. H: Pipa de dirección. I: Reach. J: Stack. Todas las longitudes en mm.
Más información en www.orbea.com.