Se celebró en Gondomar (Pontevedra) el bautizo de la Grava & Polbo, una prueba pionera del gravel en Galicia a la que el destino quiso poner las cosas difíciles.
Con fecha inicial en la primavera de 2020, la tormenta de la pandemia Covid-19 se llevó por delante su estreno, que hubo que posponer, por dos veces, hasta que por fin pudimos vivir su primera edición el pasado 2 de octubre.
Y como si los dioses quisieran aún ponérselo difícil, en la fecha señalada hicieron caer inclemente la lluvia sobre el bello circuito de 100 km que la organización había preparado con mimo en las montañas y valles del Val Miñor, tierra de vinos y también de cuestas, al sur de Galicia.
Lo que no sabían esos dioses es que los gravelers no son gente de arredrarse por unas gotas de agua, y, al contrario, pudieron vivir una edición épica que a buen seguro va a ser recordada, por su dureza, por la gran satisfacción de haberla completado, ya fuera en su recorrido completo o la versión reducida, que podías elegir en medio de la ruta.
Ahora esos pioneros van a correr la voz: “¡Yo estuve en la primera!... Y qué bueno estaba el pulpo…”