Con salida y llegada en Tierrantona y comandados en los primeros compases de la prueba por el Rey Gonzalo a caballo, todo en la Batalla del Inframundo es diferente. Más de 300 participantes llegados de España, Reino Unido, Portugal, Alemania y Francia principalmente se enfrentaban a 28 y 37 kilómetros exigentes desde el inicio, con predominio de los senderos que ya son conocidos en toda la comarca del Sobrarbe, sede, años atrás, de las Enduro World Series, lo que ya nos da una idea de la calidad del trazado.
Esta segunda edición del Trail Giant la Batalla del Inframundo se ha hecho esperar. Nada más y nada menos que siete años desde la primera edición en 2017, con una pandemia mundial entre medias que lo paró todo, pero por encima de todo, unas ganas y determinación que han conseguido llevar a cabo esta segunda edición. Las eMTB, con una presencia simbólica en la primera edición, representaban en esta edición 2024 más de un 60% del total de inscritos.
La salida de la prueba no podía ser más atípica para una prueba de mountain bike, da igual la especialidad. A lomos de un caballo, el Rey Gonzalo al grito de “Gloria o Nada” animaba a los más de 300 participantes que esperaban la salida en la plaza de Tierrantona. Su mensaje, con guiños a la época medieval, no dejó pasar otros temas de actualidad de La Fueva, como la oposición mayoritaria de los habitantes de la zona a un gran huerto solar que ocuparía más de 400Ha en una zona de impresionante belleza paisajística. Tras apenas 2 km de salida neutralizada, caballo y jinete se apartaban para comenzar el tiempo cronometrado.
La primera línea en la salida tenía un color casi único. Algunas de las mejores tiendas de Giant y LIV estaban presentes en la Batalla del Inframundo para probar, en un territorio exigente, la Trance Elite, con 400Wh de batería y un extender de 200Wh. Ellos iban a ser protagonistas salpicados entre los participantes, como Jacob Reyes Mesa de Giant Store Tenerife, Nico Mikael Hahl y Manolo Sánchez del Giant Store Málaga, Sergio Thomas de Giant Store San Sebastián, Pablo Roca de Ciclos Roca, Pablo Moreno de The Bike Village, Carlos Molina y Dani Molina de Bicikultura, y los portugueses Bruno Aguiar de Atx, Oscar Barbosa de MGB y Luis Pancadares de Rbikes, además de una buena parte del staff de Giant Ibérica.
Una compañía excepcional, Maia Plessis
Cuando decidimos acudir a la Batalla del Inframundo queríamos ofrecer a alguien que desconociera el territorio, darle la oportunidad de empaparse de los senderos y cultura que atesora toda la comarca del Sobrarbe, y en este caso más concretamente el Valle de Fueva. Desafortunadamente, y por temas de salud, tuvimos que buscar un plan B, y la verdad que la elección no pudo ser mejor.
Nuestra compañera de Batalla iba a ser Maia Plessis, una francesa asentada en la zona desde hace 6 años, y que, además, se encarga de limpiar los senderos por los que discurre gran parte de la Batalla del Inframundo. Desde hace 12 años, Zona Zero Pirineos lleva poniendo en valor la riqueza natural, histórica y cultural de los territorios recuperando senderos, conexiones y antiguas historias que merecen la pena ser dadas a conocer.
Con la premisa de disfrutar, ir parando en los sitios claves del recorrido e incluso ayudar a algún participante, los integrantes del dorsal 324 nos pusimos manos a la obra para realizar la ruta larga y sus 1.500 m de desnivel positivo, con más de un 70% del recorrido por los técnicos senderos del valle.
Durante el recorrido, Maia nos explicaba que “Desde octubre a marzo, hay otras dos personas conmigo ayudándome a limpiar y desbrozar los senderos, pero es una contrata que ya ha acabado, así que ahora estoy sola en mi zona a tiempo completo, aunque cada vez hay más gente voluntaria que ayuda, que toma la responsabilidad en su zona”. Los kilómetros van sumando y en cada control veo cómo todo el mundo conoce y quiere a esta francesa que se ha hecho un hueco en esta zona gracias a su simpatía.
Maia conoce cada palmo del recorrido, y los kilómetros van cayendo rápidamente, solo “congelados” por los dos avituallamientos principales donde es obligatorio parar 20´ como mínimo y disfrutar de la comida, la bebida y la música en directo. La llegada a Muro de Roda, donde es el primer avituallamiento, es obligatorio hacerse un selfie con la espada del Rey Gonzalo, y después contemplar la cabeza de un dragón asomada en el campanario de la iglesia y el ojo de Sauron en lo alto de la torre.
Poco antes de llegar a Muro de Roda nos encontramos con Fernando Blasco, gerente de Huesca La Magia, pedaleando y disfrutando del recorrido, al mismo tiempo que de la gran afluencia de participantes. Más tarde, en meta, sabríamos que sería segundo en el recorrido corto con eBIKE. El avituallamiento, está en sintonía con el carácter de la prueba, con chistorra, huevos fritos y demás manjares de la tierra, con cerveza como protagonista, y música en directo con Os Fillos de Sobrarbe amenizando la parada.
Tras el espectacular emplazamiento de Muro de Roda, la bajada a Lecina Cinca nos vuelve a meter en situación, sendero y más sendero para ir “castigando tu cuerpo y liberando el alma” antes de la siguiente subida que nos llevaría hasta Ministirio y luego la impresionante trialera de subida hasta llegar al banco de Guatarán, donde además de unas impresionantes vistas, nos esperaba Gandalf para fotografiarse con cada uno de los participantes. Este es otro de los bancos de toda la Zona Zero que es una visita obligada cuando vayáis a pedalear allí, y la bajada que tenemos a continuación, hasta Humo de Muro lo es aún más.
Tras este descenso técnico y divertido llegamos a Humo de Muro, lugar del segundo avituallamiento donde lo festivo vuelve a cobrar protagonismo. “Discotheque” en las Bodegas de Clavería (esto sí que es el Inframundo), música y de nuevo avituallamiento como para no volver a comer en dos días… y un mínimo de 20´nuevamente antes de enfrentarnos a la última subida del recorrido largo, mientras retumban los gritos de “Gloria o Nada” de la salida. Aquí nos encontramos con Miguel González, otro de los voluntarios que limpia senderos en la zona de Fiscal, y que ha roto su bici en la primera parte del recorrido. Todos estos voluntarios, hacen que la bici se haya convertido en un activo esencial en esta zona rural generando riqueza en todo el territorio.
Cuando comenzamos a remontar la última subida es el momento de valorar cómo el empuje de una comarca es más fuerte que un gran presupuesto. Más de 90 voluntarios, muchos de ellos con vestimentas medievales, repartidos por todo el territorio y cuidando de los participantes, generan un ambiente que sobrepasa lo estrictamente deportivo. Su empeño es la fuerza de esta tierra que ha colocado estos pequeños pueblos en el mapa internacional del Mountain Bike, logrando que Zona Zero Pirineos sea un referente.
Y menos mal que la última subida nos deja pensar, porque la bajada que llega a continuación es el colofón a un recorrido espectacular, especialmente cuando la haces junto a quienes se la conocen al dedillo como Javier García de Insólito Proyecto (organiza la Transnomad) y Quiri Aquilue. Un verdadero disfrute. Llegamos a la meta de la mano de Maia, la mejor de las compañeras como buena conocedora de cada uno de estos senderos, tras superar el reto, castigar el cuerpo y liberar el alma.
Siendo una carrera, las clasificaciones son importantes, aunque en la Batalla del Inframundo prime el disfrute. En la categoría e-bike, Joan Vallés e Íñigo del Hoyo consiguieron los mejores tiempos en los recorridos corto y largo, respectivamente y, en la categoría femenina, fueron Diane Lescoulie y Silvia Fernández las vencedoras. En cuanto a la categoría de bici muscular, la que podría considerarse absoluta, Aubin Tourreil, Miquel Mateu, Rocío Ramírez y Patricia Van Egmond, fueron los más rápidos en los recorridos corto y largo de categoría masculina y femenina.
Han participado 320 corredores, 50 acompañantes y casi 100 voluntarios, que han dado dado cuenta de 800 huevos fritos, 400 bocadillos, 80kg de pan, 3.000 vasos, 100 botellas de vino, más de 450 platos de fideuás… y 1.400 litros de cerveza. Lo dicho, otra historia.