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Prueba. Orbea Oiz M-LTD Flight Attendant

Cuando unes una de las bicis de XCO más exitosas de los últimos tiempos con la mejor tecnología disponible en la gestión de las suspensiones de alto rendimiento, el resultado no puede más que rayar la perfección. Esto es lo que ocurre con la Orbea Oiz M-LTD y su opción de equipamiento con el kit Flight Attendant de RockShox.

Miguel Ángel Sáez. Fotos Jesus A. Fernández

9 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=HQhOzzrhSPw

Hablar hoy en día de la Orbea Oiz es hacerlo de una de las bicis de montaña más exitosas de su segmento en los últimos tiempos. Un modelo que ha cosechado numerosos triunfos en las mejores pruebas internacionales y lo que, a nuestro juicio, todavía es más significativo, la aceptación masiva y reiterada en el tiempo por parte del usuario final, que con su confianza ha convertido a la Oiz en todo un éxito comercial en la última década.

Desde su puesta en escena, hace ahora casi veinte años, la Oiz ha sabido evolucionar en paralelo con el devenir del mountain bike y, en particular, la disciplina de XCO. Apostando siempre por la simplicidad de sus formas, la ligereza y su propia tecnología al servicio del rendimiento.

 

Precisamente sobre eso, rendimiento, va este exclusivo test. En él que nos propusimos probar una de las bicis de más alto rendimiento y de más éxito de los últimos años, pero para rizar el rizo, quisimos elegir el modelo con las últimas actualizaciones tecnológicas de la industria del ciclismo. La elección no fue complicada, La Orbea Oiz más alta de gama, la M-LTD en su reciente versión optimizada con el kit Flight Attendant de RockShox fue el argumento definitivo para comprobar cómo funciona y cómo evoluciona, todavía más, una bicicleta que ya funcionaba de manera sobresaliente.

La versión M-LTD está entre los modelos más dinámicos y reactivos de su segmento

Esta es una opción que es posible gracias a la línea de customización MyO que Orbea lleva trabajando con un notable éxito desde hace años. Un servicio que permite configurar tu Orbea, no sólo en colores y estética, sino en el equipamiento, pudiendo conseguir una bici realmente única.

MÁXIMO RENDIMIENTO ¿PARA SIEMPRE?

Como nos gustan los retos, no contentos con elegir la mejor Oiz del mercado, hemos querido retenerla durante unos meses en los que a partir de este review que estás leyendo, la seguiremos torturando en todo tipo de terrenos. El objetivo es comprobar cómo soporta esta bici, el cuadro, el grupo y sus avanzadísimas suspensiones, el paso del tiempo.

 

Porque, seamos claros, cuando una bici está recién sacada de la caja, en ocasiones, es casi imposible encontrarle inconvenientes, todo va fino como la seda y todos sus mecanismos responden a la velocidad de la luz. Así que esta no será la última entrega de esta bicicleta en nuestra revista, nuestra web o redes sociales.

ENTREMOS EN MATERIA

Como dato importante para empezar a entender esta Oiz de última generación que estamos probando, destacar que esta fue en el momento de su lanzamiento la del salto definitivo a un recorrido en ambos trenes de 120 mm, tras versiones anteriores en las que existía un mismo cuadro de Oiz con posibilidad de admitir suspensiones tanto de 100 como de 120 mm.

 
 

El Flight Attendant acaba de redondear una bici ya eficiente de por sí

Este aumento de recorrido ha sido una más de las evoluciones que, a lo largo de los años, ha ido incorporando la Oiz. Estamos convencidos de que debe haber sido una de las más complejas de llevar a cabo con éxito y es que aumentar el recorrido de las suspensiones al mismo tiempo que mantener la esencia racing que sigue mostrando la Oiz y que la postre es tan característica de esta bici no debe haber sido, como decimos, una tarea fácil.

 

Por este motivo, el principal cambio de esta Oiz respecto a sus versiones anteriores es la evolución de su geometría, que consigue mantener un comportamiento muy dinámico y reactivo. Para ello se ha adelantado la posición de conducción, en primer lugar, mediante un radical ángulo de sillín de 76,5º y un reach 25 mm más prolongado que el anterior. Para mantener el control en la conducción, a pesar de la posición más adelantada sobre el cuadro, se ha relajado el ángulo de dirección a los 67º.

 

Con el objetivo de mejorar la rigidez del cuadro en su triángulo trasero, un aspecto del que adolecieron algunas generaciones anteriores, se han utilizado unos rodamientos sobredimensionados en el punto de giro principal, más anchos, que soportan ahora mayores tensiones, con lo que la unión entre los dos triángulos del cuadro es más sólida que nunca.

 
 

Para contribuir a esta mayor solidez también se ha rediseñado la disposición y la estructura del carbono en las vainas, además de utilizar ahora una bieleta totalmente integrada en el tubo vertical y fabricada en fibra de carbono inyectada. Con todo ello, Orbea asegura haber mejorado la rigidez de la trasera de esta Oiz en un 12% si la comparamos con la versión inmediatamente anterior.

La Oiz lleva recibiendo la aceptación del mercado del XCO durante más de una década

TODOS LOS ESTÁNDARES

El cuadro de la Oiz se ha pasado también al pedalier roscado, con mucho menos mantenimiento que otros estándares, además de seguir contando con esa curvatura del tubo diagonal en su aproximación al pedalier y que le permite, ahora sí, montar dos portabidones incluso en su talla más pequeña.

 

Otros detalles de calidad son la utilización de un discreto guíacadenas o la tecnología exclusiva de Orbea i-Line, que gracias a un guiado interno del cable del amortiguador mejora notablemente la estética del triángulo principal.

EN LA BÁSCULA

La ligereza siempre ha caracterizado a la Oiz, pero aún más en esta última versión y al modelo M LTD que probamos. El cuadro pesa 1750 g con amortiguador incluido, en la versión que monta esta unidad de pruebas y que es la que posee el carbono de más alto módulo, el OMX. Otros modelos con nivel inferior de montaje poseen el cuadro con carbono OMR, con la misma estructura pero con 200 g más de peso.

 

El resultado de lo liviano del cuadro y del cuidadoso montaje de este modelo tope de gama es de apenas 10,5 kg sin pedales y en talla L. La solución SIC System que utiliza esta unidad y que integra los cables en la pipa de dirección nos parece igualmente interesante, reduciendo algunos de los inconvenientes de la integración en esta parte de la bicicleta. Permite mantener una potencia baja, cables lo más cortos posibles, evitar ruidos y procurar un montaje y desmontaje más simple.

 

Otro punto positivo que se ha incorporado a la dirección es un sistema de tope o bloqueo llamado Spin Block, tan útil para evitar dañar el cuadro de la Oiz en caso de caída por un giro repentino del manillar, un sistema, eso sí, que sólo funciona con sus propias potencias OC que vienen de serie con la Oiz.

FULL-EQUIPE

Del equipamiento de este modelo tope de gama M LTD nos gusta especialmente el montaje de las ruedas propias de Orbea, las Oquo Performance MP30LTD, con ancho de llanta interno de 30 mm a las que les van a la perfección unos neumáticos de 2,4’’ como las Maxxis Rekon Race de carcasa ancha que se equipan de serie.

 

La transmisión SRAM XX Eagle SL es con tecnología AXS es simplemente espectacular. Una obra de arte que se nos antoja lo más acorde que se puede montar en un modelo de alto rendimiento como el Oiz M LTD, con plato de 34 dientes, ideal para la forma física de la mayoría de usuarios de XCO.

 

Un grupo que, por cierto, incorpora medidor de potencia Quarq en la araña del plato y que además de contribuir a un mejor control del rendimiento del biker, optimiza el funcionamiento del sistema Flight Attendant.

 

EN MARCHA

Sobre la Oiz se nota rápidamente como su posición de conducción nos deja totalmente centrados sobre el eje de pedalier, gracias a los casi 77º del ángulo en el tubo de sillín y a la inexistencia de retroceso de las tijas telescópicas, una FOX Transfer en este caso. En esta posición el pedaleo se siente totalmente eficiente, consiguiendo una transmisión de fuerzas muy directa sobre los pedales.

 

Al mismo tiempo que nos sentimos bastante centrados sobre el pedalier, siempre en comparación con cómo nos sentimos en otras bicis de la competencia, la Oiz permite un buen control de la dirección, algo que se hace más patente, obviamente, en los descensos.

Desde el punto de vista de la geometría, esto se debe a un reach generoso y un ángulo de dirección que sin ser el más relajado de su segmento, nos aporta estabilidad en el puesto de mandos con sus 67º.

 

Con esta geometría y las sensaciones que transmite comprendes inmediatamente que su hábitat natural son los terrenos revirados, técnicos y empinados. La bici se comporta de manera excelente cuando necesitas que sea rápida, ágil y muy fácil de manejar.

En estos terrenos la Oiz rueda con gran fluidez. En buena parte por su geometría, como decimos, pero también por otro tipo de cosas que contribuyen a su buen rendimiento. Nos referimos por ejemplo a su conjunto de ruedas con 30 mm de anchura interna de la llanta y neumáticos con balón de 2,4’’ que nos proporcionaron una gran sensación de tracción y estabilidad.

 

La buena rigidez del cuadro también nos permite tomar trazadas sin titubeos en los giros más complicados y tener una respuesta firme de la bicicleta cuando esprintamos con fuerza o en las curvas buscamos apoyos laterales.

Es cierto que los casi 77º del tubo del sillín y la tija recta tienden a adelantar, y sobre todo, elevar en exceso a los bikers más altos, 1,84 cm del probador, desde el punto de vista biomecánico. Es una sensación que tuvimos que, probablemente, pueda solventarse con una potencia algo más larga.

 

A todo esto, hay que reconocer que la opción del sistema Flight Attendant aporta una magia especial que mejora con creces la gestión que nosotros podríamos realizar manualmente de las suspensiones en cuanto al cambio de los tradicionales modos abierto, intermedio y bloqueo.

Y es que aún disponiendo del mando Squid Lock de Orbea con estos tres modos, la intervención del Flight Attendant permite sacar mucho más rendimiento de las suspensiones y de la bicicleta, más cuanto más rápido queremos ir y cuánto más tiempo llevamos montando con ella.

Aunque ya lo hemos explicado en el review específico de su lanzamiento, el Flight Attendant se adapta en tiempo real y a una velocidad nunca vista hasta ahora a tu estilo de conducción y a las características del terreno, mediante el cambio de los diferentes modos de las suspensiones. Su acción es mucho más rápida que de cualquier biker que gestione las suspensiones con un mando mecánico, más regular en el tiempo, a diferencia del biker, el sistema no tiene fatiga y, sorprendentemente, con decisiones a veces incluso mejores que las que nosotros hubiéramos tomado con el mando remoto.

 

Como conclusión, la Oiz sigue siendo una bicicleta pura y dura de XCO y maratón. Con 120 mm de recorrido, una geometría bien equilibrada y una rigidez más que notable de su cuadro, la bicicleta destaca por su capacidad de moverse en terrenos complicados y por una velocidad que, además, podemos controlar fácilmente. La opción de Flight Attendant de la que dispone esta versión que probamos eleva el rendimiento de la bici a otro nivel y es una opción que, si está al alcance de nuestro presupuesto, merece totalmente la pena.

GAMA 2025. MÁS INTEGRACIÓN Y LIGEREZA

La colección Orbea Oiz 2025 va a implementar algunas mejoras. Introduce un nuevo manillar integrado en Oiz, más ligero, limpio y con un guiado de cables más directo. La potencia está disponible en dos longitudes equivalentes a 75 y 90 mm, un ángulo de -20 grados, y una anchura de manillar 760 mm. En la dirección se ha implementado un sistema de topes laterales para proteger el cuadro, tecnología que han denominado Spin Block. El combo OC Mountain Performance MP10 Carbon Cockpit, tiene un peso de 289 gramos (manillar+potencia) contribuyendo a una rebaja de 23 gramos respecto a la anterior configuración.

 

Además algunos modelos montarán la nueva tija telescópica MP10 con 100mm de recorrido, que puedes bloquear en cualquier lado, no sólo arriba y abajo y con un peso de sólo 419 g. Con el nuevo mando remoto OC Squidlock, se controla todo desde el pulgar izquierdo. Sus dos levas permiten accionar la tija telescópica y seleccionar una de las tres posiciones del amortiguador sin tener que mover la mano del manillar. Orbea también ha prestado mucha atención al diseño del triángulo trasero, refinando la forma de los tirantes para aumentar su sección, incrementando su rigidez un 12% respecto al cuadro actual, para lo que también se recurre a unos rodamientos completamente nuevos y sobredimensionados.

FICHA TÉCNICA

 

Cuadro Orbea Oiz Carbon OMX, Fiberlink, Boost, BSA, SIC, UFO, I-line shock.
Horquilla Rock Shox Ultimate 120 mm, barras 35 mm, con Flght Attendant. Mando de bloqueo remoto OC Squidlock MP20 con 3 posiciones.
Amortiguador Rock Shox SIDLuxe Ultimate 120 mm recorrido, 190x40mm con Flght Attendant. Mando de bloqueo remoto OC Squidlock MP20 con 3 posiciones.
Dirección Aluminio 1-1/2’’.
Eje de pedalier SRAM XX SL Eagle Dub Black 34t con potenciómetro Quarq.
Manetas de cambio SRAM AXS Pod Ultimate.
Casete SRAM XX-1299 Eagle SL 10-52t 12v.
Cambio SRAM XX Eagle SL AXS.
Cadena SRAM XX-SL Eagle 12-Speed.
Manillar OC MP10 Mountain Performance Carbon, anchura 760, retroceso 9º.
Potencia OC Mountain Performance MP10. Aluminio SL, -10º.
Frenos SRAM Level Ultimate Carbon 2 pistones. 180 y 160 mm delante y detrás respectivamente.
Ruedas Oquo Mountain Performance MP30LTD.
Cubiertas Maxxis Rekon Race 2.40” WT 120 TPI Exo TLR.
Tija de sillín Fox Transfer SL Factory Kashima, 31.6 mm.
Sillín Selle Italia SLR Boost. Raíles de carbono, rail Ø7x9 mm.
Peso 10,520 kg (en talla L, sin pedales y con soporte para GPS).
Precio 11.898 euros (10.300 € de la OiZ L-MTD de serie + 1.499 € del kit Flight Attendant.
+info www.orbea.com

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