El nombre Vibram proviene de Vitale Bramani, fundador de la marca y alpinista italiano. Vitale sufrió las limitaciones del calzado de cáñamo (en la década de los 30) en las largas cordadas en los Dolomitas junto a sus amigos, algunos de los cuales fallecieron por resbalarse fácilmente en la roca; así decidió imitar el diseño de las ruedas de los coches aplicándolo al calzado de montaña. Desde entonces hasta día de hoy el nombre Vibram es sinónimo de un agarre excelente, con muy buenas capacidades antideslizantes y además una buena estabilidad al pisar sobre pisos cambiantes (cantos rodados, piedras sueltas, etc.) y por supuesto, un gran argumento de ventas.
Tanto Vibram como las suelas de la competencia similares están enfocadas a maximizar el agarre y la seguridad al enfrentarnos a este tipo de retos, aunque hay que elegir muy bien el tipo de zapatilla que necesitamos, ya que es frecuente encontrar un tipo de suela con un perfil de los tacos más o menos agresivo, haciendo que estén más enfocadas a terrenos secos o más a húmedos. Desgraciadamente en el calzado para Mountain Bike los fabricantes no suelen facilitar mucha información sobre las características de sus suelas, por lo que tendremos que orientarnos en base al tamaño y separación de los tacos, cuanto más grandes y separados más agarre ofrecerán a priori. Por ejemplo, las suelas Vibram en condiciones de pisos mojados y resbaladizos no gozan de una buena crítica por parte de muchos usuarios. Esto probablemente es debido a que la dureza de la entresuela y el dibujo de los tacos es “estándar”, preparado para terrenos secos y rugosos pero no para mojados. De hecho, Vibram fabrica varios tipos de mediasuela distintos que pueden hacer que una misma suela sea mucho más o menos flexible y casi 20 compuestos distintos en función del uso al que esté enfocado (escalada, trabajos de seguridad, trabajos en la nieve, etc.).