La mayoría de las marcas de discos de freno del mercado se mueven en una recomendación de entre 1,8 y 2 mm. de grosor, aunque la verdad es que existen ligeras diferencias, y eso repercute en un tacto diferente en función del disco que montemos:
-El freno ofrecerá un tacto más tenso con un disco más grueso, o destenso con uno más fino.
-Si no quieres modificar el comportamiento de tu freno, te recomendamos montar únicamente componentes originales para evitar variaciones de tacto y potencia de frenada.
-En este aspecto, hay que tener en cuenta que no todos los discos ofrecen la misma capacidad de frenada, y que son los más ligeros (y ahuecados) los que menos frenan y mayor tendencia tienen a generar ruidos, por su rigidez inferior.
-Como en muchos otros aspectos de la bici, aquí se trata de llegar a un compromiso entre la ligereza de unos discos más finos o la solidez y eficacia de unos más gruesos, y ese compromiso es algo personal.
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