Estás montando unos nuevos neumáticos en tus ruedas y te fijas que en el flanco indica que la presión máxima son 4 bar. Sin embargo la llanta indica otra restricción, 3 bar. Entonces la lógica te dice que habrá que hacer caso a la indicación más restrictiva. ¿es así?
En efecto, en este caso habría que respetar siempre el valor indicado en la llanta. Pongamos un ejemplo: Shimano Deore XT M8000, con llanta de aluminio, un juego de ruedas para Cross Country, diseñadas para un uso concreto. Su llanta, en la que se ha trabajado de cara a la ligereza, ahorra material para conseguir ser más activa y ágil. El peso en una rueda es probablemente el que más se nota en una bici. Así que es normal que tenga ese tipo de restricción.
Realmente este tipo de presiones no son habituales, siempre están por encima de las presiones recomendadas para un buen agarre, firmeza y amortiguación. El problema viene no de la presión del neumático en orden de marcha, sino de la presión imprimida al talonar el neumático Tubeless. Si no se tiene cuidado o se utiliza un compresor, la presión repentina puede llegar a los 5-6 bar, pudiendo dañar el aro de la llanta, que podría llegar a abrirse.