Todo deportista de alto nivel tiene referentes en otros deportistas que practican su mismo deporte u otros deportes a los que admiran y echan el ojo para aprender o mejorar detalles de movimientos que quizás los mortales ni apreciemos. Marc Márquez es uno de esos pilotos que desde que se subió a una moto, destacó por su talento natural, creció ganando en cada categoría en la que participaba hasta llegar a MotoGP, donde con tan sólo 24 años ya cuenta con 3 títulos.
Su pasión por las dos ruedas es enorme y parte de ella se la dedica a las bicis, una herramienta que utiliza para entrenar, para desconectar y sobre todo para disfrutar de la libertad de pedalear. Sin duda la bici de montaña es la que más le gusta y como aficionado participa en carreras locales con muy buenos resultados. Lleva varios años escapándose a ver alguna Copa del Mundo de Descenso, algo comparable a la categoría reina en la que participa pero extrapolado a la bici.
Marc tiene un ojo extremadamente fino a la hora de detectar quien es rápido y tiene talento, ese extra que mencionábamos anteriormente y que diferencia al líder de los demás. El año pasado estuvo por Andorra viendo los entrenos del viernes del Campeonato del Mundo, donde los mejores riders se afanaban en hacer sus mejores líneas. Por su agenda no pudo quedarse a ver la final, pero antes de irse lo único que dijo fue: “el número 4, ese es el que mejor baja, me ha impresionado lo fino y rápido que es”. El resto es historia…
Loic Bruni es de esos tipos que pueden parecer alocados desde fuera, y sin duda algo extrovertido es, pero cuando realmente se tiene que poner a trabajar, es uno de esos riders que tiene claro lo que quiere y cuida cada detalle. Su entrenador (John Tomac) le lleva a raya, mientras que su mánager Laurent y su mecánico Jack son como su familia, sus hermanos mayores que le guían de manera magistral por el mundillo del Mountain Bike.
Comparte la misma pasión por aprender y evolucionar que Marc Márquez y que mejor manera de hacerlo que conociéndose y compartiendo sus experiencias.
Loic quiso hacerlo en Le Mans, en el mítico circuito de su país y obsequiarle allí con una bici especial para Marc, una Specialized Enduro Coil pintada para él con sus colores personales. Una bici que comparte la máxima tecnología en suspensiones Öhlins, las mismas que su moto de MotoGP.
Enseguida la química fluyó entre ambos, que ansiaban saber cómo el otro hacía las cosas y viceversa, un código que quizás sólo ellos entendían. Había una atmosfera especial entre los dos y los que estaban alrededor miraban desde primera fila como si de un espectáculo se tratase.
Tras varias explicaciones sobre la bici, ajustes y su manejo, Marc quiso invitar a Loic a ver su Box, sus Honda Repsol de MotoGP y explicarle cómo se puede ir a más de 300 km/h y pensar a la vez. Cambios de configuración de motor en cada curva, control y gestión de neumáticos, posición, geometría, discos de carbono e infinidad de detalles que pudieron intercambiar entre ellos. Una experiencia que sin duda enriqueció a ambos.
Marc quiso también presentarle a su hermano Alex, quien venía de ganar la última carrera en Jerez en la categoría de Moto2. En su box pudieron comprobar cómo la telemetría que comparten en ambos deportes es fundamental para que las suspensiones Öhlins se comporten a la perfección. Alex le explicó a Loic la normativa más estándar con la que se rige su categoría, donde la igualdad entre motos es el denominador común y el piloto marca la diferencia.
Pero ahí no acabó la cosa, Loic pudo saludar a varios pilotos y conocer otros boxes entre los que destacaron el de Yamaha Racing o el reciente Red Bull KTM donde pudo apreciar las diferencias entre las distintas estructuras de cada equipo.
